Ley del Alquimista

Capítulo 10

Me acerque lentamente hasta Jordan, no voy a mentir para nada, me encontraba muy enojado por ese puñetazo. Era la primera vez desde que soy el Alquimista que recibo daño físico y había sido bastante para yo reconocerlo no solo como insoportable si no incluso inaceptable. Este estúpido mortal había sido capaz de herirme solo por esa piedra que había robado por culpa de los poderes que le di, fui un desencadenante de que él me diera ese puñetazo, él me uso para golpearme a mí mismo... Voy a matarlo.

- Deseo que... –él estaba hablándole a su mano pero rápidamente le cerré la boca y sostuve su mano

- Esta piedra fue perdida hace años por un ser más allá de la comprensión de los humanos, y aunque estuvo perdida fuiste capaz de encontrarla... solo por eso te haré un favor –le dije mientras le quitaba ese estúpido anillo y me lo trague.

- No... -dijo bastante asustado- no me mates

- Oh tranquilo –le dije acariciando su mejilla- yo no puedo interferir con este mundo... pero ellos si –Dije sonriendo, lo agarre de atrás de la cabeza y lo levante fuertemente, Marcus y Ron tomaron esa espada al mismo tiempo y juntos le cortaron su cabeza.

- Lo logramos... -dijo Ron aliviado

- No podrá revivir, nadie puede ir en contra de las leyes de la espada –Me conto Marcus.

- Tuviste bastante valor para perder tu brazo en nombre de la maldición amigo mío –dije mientras tomaba la vaina y guardábamos la espada- creo que el trato se cancela.

- Me arrepiento del pacto –Dijo Marcus, le acerque la espada a su cuerpo y esta misma se disolvió y volvió a tener su brazo igual que antes.

Entre los 3 miramos a las chicas, Aby se quedó afuera con ellas y entramos al castillo.

- Mmm... -Dijo Ron- ¿Cuándo volverás a la normalidad?

- ¿La verdad? –Dije- no tengo ni idea, es la primera vez que esto me pasa. Tendré que hablar con mi jefe más tarde,

- ¿Jefe? –Ambos se sorprendieron

- Escape a la muerte y obtuve súper poderes, no sucedió porque fuese un sujeto agradable. Hice mi propio pacto con un ente bastante extraño. No era ni bueno ni malo, parecía que viniese del limbo.

- ¿Qué le ofreciste a cambio?

- A cambio de que yo trabaje para el... debo traerle al menos un alma cada mes

- ¿Qué significa eso? –Pregunto Marcus asustado

- Que si hago 100 pactos, al menos uno debe garantizar la muerte de alguien; en esta ocasión ha sido Jordan.

- ¿Jordan? –pregunto Ron

- Este estado me permitió averiguar su nombre de inmediato

- ¿No te llevaras nuestras almas o sí? –Pregunto Marcus esta vez mas enojado que asustado.

- Claro que no, no soy esa clase de persona –Al final dejamos de hablar ya que estábamos llegando hasta la cima de la torre, donde según Aby se encontraba Pancho.

Entramos hasta una gran habitación, donde Pancho se encontraba en una esquina petrificado, y después de ver lo que él vio no lo culpo para nada...

- Era un caníbal –Dijo Marcus totalmente pálido. Era inevitable sentirse asqueado viendo que habían varios retazos de carne, huesos molidos en el suelo y varias manchas de sangre en las paredes y hasta en el techo. Parecía película de terror para ser honesto, y como dice el dicho, la realidad supera a la ficción.

Ron salió fuera y vómito, Marcus se esforzó en que eso no le pasara y yo desearía tener estomago para haber vomitado a causa de esa vista.

Tomamos a Pancho de su lugar y salimos lejos de ese lugar. Posteriormente destruí el castillo y reemplace todo ese material con un gran árbol que la gente recordara por generaciones.

- Me siento enfermo –Dijo Marcus mientras nos íbamos del lugar- y lo peor es que Cintya ni siquiera estaba dentro de ese lugar

- ¿Estás seguro? –Pregunte sorprendido

- Al parecer de los 15 secuestros ese tipo fue culpable de solo 8, y 3 de ellas ya están muertas –Dijo Aby recapitulando

- ¿No puedes usar la piedra Chintama para traerlas de vuelta? –Pregunto Marcus

- Lo haría, pero luego de que me la trague desapareció –Técnicamente no era una mentira, supongo.

- Demonios... ¿Y con el cuerpo que quedo de él? –Pregunto Aby

- Técnicamente no les pertenece, ya le pertenece a la tierra

- Tus reglas son confusas –Dijo Pancho

Nos separamos cada uno para su hogar, y yo fui a hablar con aquel.

- ¿La recuperaste? –Me pregunto aquel

- Aquí esta –Dije mostrándole la piedra

- Entrégamela –Se la arroje, él la tomo y la puso dentro de su lámpara- ¿Cómo vas con tus obligaciones?

- A veces obedezco y otras no, pero he cumplido mi parte –Dije

- Pues puedes estar feliz, te encomendare una misión personal –Dijo mientras logre ver como esbozaba una sonrisa

- ¿De qué se trata?

- Conoces al guasón, el personaje de Batman –Dijo mientras meneaba la linterna

- Claro, cuando estaba vivo era un icono de la locura

- Pues hay alguien que está en la ciudad causando problemas en su nombre, se cree que es el auténtico Guasón

- Prefiero al Joker

- No me interesa, quiero que lo mates. Te doy el permiso para que tú seas quien acabe con su vida

- Entendido, el Joker del mundo real habrá de morir.