A pesar que no quería reconocerlo, las palabras de Lady Robinson habían mermado en él. Toda la semana se había puesto más atento a las miradas constantes entre el Duque y Heather. Siempre que entraba a un salón, parecía que había interrumpido una apretada conversación. Por otro lado, descubrió que no era que la duquesa no supiera; sino, que le convenía que nadie descubriera su conocimiento del asunto. Vaya todo lo que uno podía enterarse con la observación y con dejar caer las preguntas precisas en los lugares correctos y con las personas adecuadas.
Ese “asunto” tenía que ver con un hombre: Phillipe D’Pantiur. El apellido en primer momento le había sonado francés, pero ya no estaba tan seguro. Intentó por todos los medios que Heather confiara en él, que le dijera que estaba pasando por su propia boca, pero aquello fue imposible. Ella siempre se mantenía en la misma desconfiada y misteriosa posición que no sabía de lo que le estaba hablando.
Que mejor que el bar: “cabeza de res” para encontrar algunas respuestas. Y, ¡Demonios! Todo indicaba que Heather estaba teniendo una aventura. ¿Heather? ¿Su Heather?
Le pidió a un encargadoque trajeran su carruaje. Se encaminó al club de caballeros de la ciudad. Tenía que tomarse un brandi, recostar la cabeza y aclararse algunas cosas. Pensar.
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Revés del Destino
Romance#NotaDeLaAutora #Reediciones. #NoSinopsis. Definitivamente, esta no es una novela. Es solo un reto que tuve que hacer hace algún tiempo para un foro de escritores al que pertenecía. No encontrarán una historia desarrollada, ni mimada al mínimo detal...
