A la corta edad de seis años, Aitana Ocaña tuvo claro qué era lo que le gustaba hacer: dibujar. Concretamente, dibujar sirenas. Hasta que conoció a Nerea y empezó a dibujarla a ella, creyendo que había dejado de dibujarlas.
A la corta edad de seis años, Aitana Ocaña tuvo claro qué era lo que le gustaba hacer: dibujar. Concretamente, dibujar sirenas. Hasta que conoció a Nerea y empezó a dibujarla a ella, creyendo que había dejado de dibujarlas.
Ambos viven en la masía.
Desde que se conocen Héctor siempre la ha molestado.
Y ella no piensa nada bueno del él.
Pero todo cambiará tras un trabajo de historia que por suerte o por desgracia tendrá...