S E I S

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Los días que siguieron el entrenamiento en que Jungkook meditó y vio a su lobo por primera vez, fueron tranquilos y se centraron en entrenar la fuerza y resistencia de diferentes grupos musculares.

Su maestro seguía un patrón claro: Todos los lunes y sábados entrenaban movimientos para el combate cuerpo a cuerpo; los martes Jungkook meditaba para fortalecer su relación con su lobo, y de miércoles a viernes tenía entrenamiento de fuerza para diferentes grupos musculares.

Los domingos, ambos descansaban. A Jungkook le hubiera gustado que hubiera más instancias para poder contactar con su lobo, pero Namjoon había sido muy claro cuando le dijo que no debía abusar de la meditación. Debía construir confianza con su lobo, no asustarlo o disgustarlo.

También, a Jungkook le sorprendía que Namjoon enfocara tanto su semana en formas de entrenamiento de los humanos de antaño. Por lo general, en la aldea de los Jeon se ignoraban la mayoría de las prácticas del pasado, puesto que cuando se alcanzaba la madurez, los músculos se desarrollaban en su máximo potencial solos. Por lo que realmente no había necesidad de entrenar como un humano de antes lo hacía, pero Namjoon no estaba de acuerdo.

Y bueno, Jungkook no iba a corregirlo. Después de todo, Namjoon solo era tres años mayor que Jungkook y había vencido al general Im a la primera oportunidad.

—Hueles... Emocionado, hijo. —Comentó la señora Jeon; su voz trajo a Jungkook fuera de su cabeza. Actualmente, él y su madre estaban desayunando antes de que cada uno empezara su día martes formalmente.

—Sí. —Jungkook asintió, tratando de mostrarse un poco más serio. No se había dado cuenta de que había estado sonriendo. —Estaba pensando en mi entrenamiento con Namjoon.

Su madre lo miró con atención, incluso con cautela. Jungkook suposo que sus emociones se estaban desbordando, pero él realmente estaba feliz de que ya fuera martes para poder ver a su lobo por tercera vez. Aunque su madre no podía saberlo.

—¿Por qué estás tan... emocionado?

—Bueno, ya lo viste luchar. Mientras más entrene con él, mejor seré en el futuro, ¿no? —No tenía sentido que intentara esconder sus sentimientos ahora, solo podía omitir información. —Creo que... Entrenar con Namjoon me hará ser un buen luchador, casi tan bueno como papá. —Dijo, con timidez.

Sunmi asintió, ahora sonriendo y luciendo complacida con la respuesta de su hijo.

—Serás mejor que tu padre, querido. —Ella se acomodó un mechón de cabello negro detrás de la oreja, con elegancia. —Después de todo, eres mi hijo.

Jungkook no pudo evitar sentirse querido en ese momento. Su madre se veía orgullosa de él, y hasta un poco presumida. No era algo que viera seguido.

—Solo quiero ser un gran líder. —Dijo Jungkook, asintiendo. —Sé que Hoseok hyung será un buen líder, no puedo ser menos que mi marido, ¿verdad? Tengo que ser digno.

Sunmi sonrió, y asintió.

—Termina tu comida para que puedas ir a entrenar. Si sigo sintiendo esta emoción desbordante... Probablemente querré transformarme y correr hasta la frontera.

—Suena como un buen plan. —Suspiró Jungkook.

Su madre, que lo conocía mejor que él mismo, respondió:

—Ya estamos terminando febrero. Solo queda un año y siete meses para que cumplas los 21 años. Solo ten paciencia.

Jungkook asintió, y luego de eso, comieron en silencio.

🐺🐺🐺

Cuando Jungkook llegó al campo de entrenamiento, Namjoon ya estaba ahí. Esta vez no estaba meditando, tenía un grueso libro sobre el regazo.

Antinatural • NamKookWhere stories live. Discover now