N U E V E

509 94 119
                                    

Jungkook no sabe cuántos segundos se aferró a la cintura de Namjoon mientras tenía su rostro enterrado en el cuello de Namjoon. Estaba oliendo desesperadamente su aroma para calmarse.

No sabe cuántos segundos dejó que su cuerpo se derritiera, ni que olvidara años y años de dura enseñanza.

Lo que sí sabe, es que cuando Namjoon comenzó a acariciar entre sus escápulas, Jungkook reaccionó.

Rápidamente se alejó de su maestro, mientras lo empujaba por el pecho para poner aún más distancia entre ellos. La mente de Jungkook estaba más en caos que cuando había pensado en perder a su único primo.

Las palabras que había escuchado desde que pudo entender y recordar, se reprodujeron en su mente una y otra vez.

"¡Los alfas y omegas que desean romántica o sexualmente a uno de sus iguales son aberraciones! Deben ser eliminados a toda costa para mantener pura nuestra sangre" La voz de su padre cruzó por sus recuerdos.

"No puedo entenderlo, mi alfa. ¿Cómo Leyla no se dio cuenta de que sus hijos estaban... Estaban juntos así? ¡Eran hermanos, por la Luna! Y alfas, además... ¿Cuánta asquerosidad puede nacer en nuestra sociedad?" El rostro asqueado de su madre pasó por la mente de Jungkook.

"Papá dice que aunque seamos amigos no podemos acercanos tanto, Jungkookie. Quizás puedas decirle a Jiminie que te de ese abrazo que necesitas" Esa era la voz chillona de un Yoongi de ocho años. "Recuerda cuánto nos golpearon la vez que te traje en mi espalda. No es correcto estar tan cerca"

"¡Sucios traidores, mueran y ardan en el infierno!" Esa era la gente de la aldea gritando apasionadamente en una de las tantas charlas mensuales.

Y luego ya no eran frases. Eran imágenes de los cuerpos destrozados de los traidores a los pies de los padres de Jungkook. Eran los dedos rotos de Jimin que solo había querido calmar a Hoseok que estaba teniendo un ataque de pánico.

Prohibido. Sucio. Asqueroso. Antinatural. Aberraciones.

Eso era lo que había escuchado toda la vida. Lo único que conocía. La única verdad.

Jungkook estaba sucio en cuerpo y mente ahora.

—¿Jungkook-ah? —Dijo Namjoon, preocupado. —¿Estás bien?

Jungkook apretó con fuerza sus puños. Se dio cuenta de que estaba respirando muy rápido y muy fuerte. Estaba a punto de llorar.

¿Qué pensarían sus padres de él ahora? ¿Y Jimin y sus otros hyungs? Probablemente había unos cuantos nombres por los cuales llamarían a Jungkook por haber abrazado a otro alfa. ¡Por haber olido su aroma de esa manera! Por... Por haber disfrutado de todo eso.

Jungkook comenzó a temblar.

Soy asqueroso. Estoy sucio. Sucio, sucio traidor.

—¿Por qué hiciste eso? —Él quería sonar amenazante y enojado, pero en realidad su voz delató que estaba a punto de llorar.

Namjoon se pasó las manos por el cabello, mientras tomaba una respiración profunda. Jungkook no pudo evitar mirar sus manos con atención.

Luego, con asco de sí mismo, trató de eliminar todos los pensamientos que había en su cabeza sobre lo amoroso que había sido el abrazo y el toque de Namjoon.

Asqueroso, asqueroso. Jungkook era asqueroso, ¿por qué seguía pensando en... eso?

—Quería consolarte, Jungkook-ah. —Dijo Namjoon, dando un paso hacia Jungkook, que entró en pánico.

—¡No te acerques a mí de nuevo! —Gritó, alejándose unos pasos. —No vuelvas a tocarme, Namjoon. —Jungkook negó rápidamente con su cabeza. Namjoon parecía que había sido profundamente herido, por la expresión de angustia y dolor que estaba mostrando. —Lo que hiciste... Lo que hiciste... —No se atrevió a terminar su oración, porque en el tiempo que llevaba de conocer a su maestro, había comenzado a considerarlo un ejemplo a seguir. Lo respetaba.

Antinatural • NamKookWhere stories live. Discover now