🚌Capítulo 2🚌

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Aguas internacionales

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Aguas internacionales. 10 de junio de 2023.

He perdido la cuenta de las pataditas que me ha dado en la espalda el niño sentado detrás de mí. Lo peor de todo es que tiene a la madre sentada al lado y no es capaz de regañarlo. Le he pedido educadamente en dos ocasiones que, por favor, deje quietas las piernas, pero como quien oye llover.

Según la pantalla de entretenimiento a bordo quedan tres horas y media para llegar a Los Ángeles y no creo poder aguantar ni un minuto más esta tortura. El cansancio es real, no he podido pegar ojo planeando mi misión, y el niño de las narices tampoco ha sido de mucha ayuda.

—Mira, niño, o paras o te juro que... —La señal luminosa de cinturones se enciende en ese momento interrumpiendo mi amenaza. Frunzo el ceño en su dirección antes de girarme y sentarme erguida para abrocharme el cinturón.

«Señores pasajeros, les comunicamos que vamos a realizar un aterrizaje de última hora en el aeropuerto de Denver debido a condiciones meteorológicas adversas en el estado de California. Por favor, permanezcan sentados y con el cinturón de seguridad abrochado hasta que el avión haya parado completamente los motores y la señal luminosa de cinturones se apague. Les rogamos tengan cuidado al abrir los compartimentos superiores ya que el equipaje puede haberse desplazado. Les recordamos que no está permitido fumar hasta su llegada a las zonas autorizadas de la terminal. Muchas gracias y buenas tardes».

Los murmullos y las quejas han empezado en cuanto nos han comunicado que vamos a hacer una escala no prevista a unos mil cuatrocientos kilómetros de distancia de nuestro destino final. No dejo de escuchar el sonidito que emite el botón de la campana que llama a las azafatas alrededor de mí, todos queriendo una explicación a lo sucedido. A pesar de que tengo las mismas dudas que todos ellos, me mantengo en mi sitio esperando a que el avión toque tierra para poder unirme al barullo y hacer piña.

Veinte minutos más tarde y sin más respuesta que un "muchas gracias y buenas tardes", nos vemos desembarcando en el Denver International Airport y arrastrando nuestros equipajes de mano con molestia. No puedo negar que me encuentro como pez fuera del agua, perdida en un país que multiplica al mío por cien en extensión.

Lo predijeron las cartasWhere stories live. Discover now