🚌Capítulo 13🚌

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Los Ángeles, California

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Los Ángeles, California. 15 de junio de 2023.

«¡Quién te ha visto y quién te ve!» es lo primero que me dijo uno de mis mejores amigos en cuanto llegó a Los Ángeles y, desde entonces, he entrado en bucle.

«¡Quién te ha visto y quién te ve!».

Pues eso digo yo, quién me ha visto y quién me ve. Pero no porque vaya a casarme, que también, sino porque a escasos días de la boda no hago más que pensar en cuándo aparecerá Carolina por la puerta. En cómo esa chica caprichosa y alocada se me ha metido entre la piel y se ha adherido a cada parte de mí.

¿Por qué me pasa esto?

A mí, que tengo fama de rompecorazones. A mí, que he huido de este tipo de sentimientos durante toda mi vida.

Nunca me ha gustado depender sentimentalmente de nadie. Sentirme inseguro. Vacío. Incompleto. Por eso me marché, ¿no? La aparté porque era demasiada mujer incluso para mí.

A quién quiero engañar... Me fui porque me faltaron huevos para estar a su altura, o, mejor dicho, a la de su ex. Ojalá haber podido conocerla antes que él y marcarla de la misma manera, porque daba igual cuánto placer o cariño le entregara, en sus pensamientos siempre estaba él.

El maldito imbécil que se marchó a Londres abandonando a lo mejor que tendría en su mísera vida.

Vuelvo a mirar la noticia sobre Mael y Carol con la rabia embotándome la cabeza. Me duele la mano por la fuerza con la que sujeto el teléfono y la mandíbula de tanto apretarla.

El maldito imbécil que está viajando con ella. ¿Qué mierda hace con él? ¿Se lo estará follando mientras espero como un puto pringado a que se digne a aparecer?

—¿Qué pasa, amor? —pregunta Blake asomándose por encima de mi hombro. Está sentada detrás de mí en la tumbona de la playa con un libro entre sus manos—. Oh, Carolina, again —añade.

Sí, otra vez. Pone los ojos en blanco y se deja caer hacia el respaldo de la tumbona, retomando su lectura. Me paso una mano por el pelo y suspiro.

She's with him, that's why she hasn't come yet.

Se me retuercen las entrañas al decirlo en voz alta. Está con él. Está con él y por eso no ha venido todavía. Me jode pensar en lo que puedan estar haciendo, en sus manos sobre su cuerpo, en las risas que puedan estar compartiendo, en besos lentos y desenfrenados que terminan con ellos dos en la cama... Aprieto los puños sobre mis rodillas.

Recuerdo como si fuese ayer el suave tacto de su piel bajo las yemas de mis dedos, el olor a champú de flores silvestres de su pelo, los lunares de su espalda que tantas veces he contado, el sabor de sus besos, sus piernas alrededor de mi cadera en cada abrazo... Me duele el estómago de imaginármelos juntos.

Sí, yo la dejé. Yo le mentí para que me dejase marchar. Yo le he allanado el camino hasta sus brazos. Pero ahora, Dios, no lo soporto.

So are you giving up? —dice Blake, cansada, sin siquiera mirarme.

Lo predijeron las cartasKde žijí příběhy. Začni objevovat