El Rey Alfa y Su Presa Omega

capitulo 7 ~ Salvaje pasión

Atención este capítulo contiene material +18, si este contenido no es de tu agrado te recomiendo saltar el capítulo, se recomienda discreción, sin más espero que disfruten el capítulo.

Cada tacto por más sutil que fuese despertaba en mi Omega la necesidad de ser marcada como suya, sin embargo el rey nunca dió indicios de marcarme para convertirme en su compañera.

Eso no me evitaba disfrutar del placer tan inmenso que le estaba entregando a mi cuerpo, tras jugar deliberadamente con mis pechos y pezones procedió a redireccionar su atención a mi entrada, la cual ya se encontraba preparada para recibir a un compañero que me entregara satisfacción.

Bakugo: Más te vale que logres satisfacerme.

La sensación de su miembro habiéndose camino en mi cabidad me hizo soltar un gemido que lastimo mi garganta y cuerdas vocales, esta estaba siendo mi primera experiencia con un alfa y para mí resultaba casi imposible de comprender, parecía que mi cuerpo y mente se encontraban en completa desconexión.

T.n: Más, necesitó más.....

Rogaba sin pudor alguno, mi acompañante sonreía victorioso ante mis súplicas aumentando así la velocidad de sus embestidas, las cuales golpeaban con intensidad mi interior.

Bakugo: Lo estás disfrutando, verdad Omega, vamos compláceme más.

Sentía como mis caderas se alternaban con su ritmo, el chocar de nuestros cuerpos hacia eco en la habitación, con desespero me aferre a su capa impregnandome del delicioso olor que está desprendía, tras unas violentas embestidas siento como su pene comienza a crecer aún más en mi interior, era claro lo que sucedía el ya se estaba preparando para liberar su preciada escencia en mi interior y así fue, arqueo mi espalda ante la gran oleada de sensaciones a la que me enfrentó, obviamente yo también había llegado al tan preciado orgasmo.

Comienzo a respirar de manera acelerada, el fuego en mi zona íntima es demaciado, el celo no parece haber cesado en lo más mínimo, es más parece solo haber aumentado.

Bakugo: Bien, es hora de continuar.

Observó a mi compañero el cual masajea su palpitante erección, era increíble que tal descomunal monstruo hubiese estado dentro de mi, y más increíble era que yo ya me encontraba lista para recibirle nuevamente, y así fue, una y otra vez, las embestidas variaban su velocidad hasta que finalmente liberaba en mi interior su semen.

Perdí la noción del tiempo, no sé cuántas horas pasamos entregándonos a nuestros deseos como bestias insasiables, ya no tenía resistencia, a la cuarta ronda mi cuerpo cedió a la sobre carga de energía y caí desmayada, al ver esto mi compañero alfa gruño.

Bakugo: Se supone que deberías haber aguantado más.

Tras colocarse nuevamente sus ropas el rey me cubrió con su capa, me cargo en sus brazos y me llevo a su guarida.