Cap 3 (Cambien de opinión, Kanae, perdóname)

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La noche se cernía sobre la montaña Fujikasane, envolviendo el paisaje en una oscuridad inquietante. Douma y Tanjiro avanzaban con cautela por el sendero, sus sentidos alerta ante cualquier señal de peligro que pudiera acechar en la sombra. El susurro del viento entre los árboles y el crujir de las ramas bajo sus pies eran los únicos sonidos que rompían el silencio de la noche.

Tanjiro: (susurrando) Este lugar... es completamente diferente de lo que había imaginado. Las flores de glicina en el pie de la montaña nos dieron una bienvenida tan pacífica...

Douma: (asintiendo en la penumbra) Así es, Tanjiro. Pero no te dejes engañar por la belleza de las flores. Aquí arriba, en la cima, es donde se desata la verdadera prueba.

Tanjiro asiente en comprensión, aferrando con fuerza su espada Nichirin, su determinación brillando en sus ojos.

Tanjiro: (decidido) Estoy listo para enfrentar cualquier desafío que se nos presente. Si queremos convertirnos en cazadores de demonios, no podemos retroceder ahora.

Douma sonríe ligeramente, impresionado por la determinación del joven.

Douma: (con respeto) Eres valiente, Tanjiro. Sigamos adelante juntos.

De repente, el sonido de algo moviéndose entre los árboles rompe el silencio de la noche. Douma y Tanjiro se ponen en guardia, listos para enfrentar a lo que sea que se les acerque.

Tanjiro: (con cautela) ¡Prepárate, Douma! ¡Algo se acerca!

Dos figuras emergen de las sombras, revelándose como demonios con una sed de sangre inextinguible.

Demonio 1: (con una risa siniestra) ¡Miren lo que tenemos aquí! Dos humanos indefensos. Esta será una noche divertida.

Demonio 2: (gruñendo) Sí, sí. Vamos a jugar un poco antes de acabar con ellos.

Douma: (con serenidad) Tanjiro, prepárate para luchar. Estos demonios no nos detendrán.

Tanjiro asiente, su espada Nichirin brillando con determinación mientras se prepara para el enfrentamiento.

Tanjiro: ¡Aquí voy!

La batalla comienza, con Douma y Tanjiro luchando con habilidad y valentía contra los demonios. Sus movimientos son rápidos y precisos, cada golpe y parada ejecutados con una maestría impresionante.

Douma: (mientras esquiva un ataque) ¡Tanjiro, a tu izquierda!

Tanjiro reacciona rápidamente, bloqueando el ataque del demonio con su espada y contraatacando con ferocidad.

Tanjiro: ¡Gracias por la advertencia, Douma!

La batalla es feroz y despiadada, con Douma y Tanjiro luchando contra los demonios con todas sus fuerzas. Cada movimiento está imbuido con una determinación feroz, cada golpe y parada llevándolos un paso más cerca de la victoria.

Douma: (respirando agitado) ¡Casi lo tenemos, Tanjiro! ¡No podemos rendirnos ahora!

Tanjiro asiente, su espíritu indomable ardiendo más brillantemente que nunca mientras se enfrenta a los demonios con renovada ferocidad.

Tanjiro: ¡Sí, estamos cerca! ¡Vamos, Douma, juntos podemos hacerlo!

Finalmente, con un último golpe certero, Douma y Tanjiro logran derrotar a los demonios, dejándolos caer al suelo sin vida. Respiran profundamente, exhaustos pero triunfantes, mientras se recuperan del intenso enfrentamiento.

Douma: (sonriendo con satisfacción) Lo logramos, Tanjiro. Derrotamos a los demonios.

Tanjiro: (con una sonrisa radiante) Sí, lo hicimos. ¡Estamos un paso más cerca de convertirnos en verdaderos cazadores de demonios!

Con la luna brillando sobre ellos y el viento susurrando entre los árboles, Douma y Tanjiro continúan su viaje hacia la cima de la montaña Fujikasane, listos para enfrentar los desafíos que les esperan en las noches restantes de la selección final.

Mientras Douma y Tanjiro continúan su avance hacia la cima de la montaña Fujikasane, Douma no puede evitar que su mente divague en medio de la tranquilidad de la noche. La batalla reciente con los demonios lo ha dejado reflexivo, y una idea comienza a surgir en su mente.

Douma: (en su mente) Quizás... quizás mi percepción sobre los humanos ha sido completamente errónea todo este tiempo. Si este joven, Tanjiro, es un ejemplo de la bondad y la valentía que poseen, entonces tal vez...

Las palabras se atascan en su garganta mientras lucha por aceptar la idea.

Douma: (en su mente) Tal vez los humanos no son tan despreciables como siempre he creído. Tal vez... incluso son capaces de protegerse unos a otros, de mostrar compasión y valentía en los momentos más oscuros.

Una sensación de pesar lo invade mientras recuerda a Kanae, la pilar de la flor a la que había eliminado sin dudarlo. Un sentimiento de remordimiento lo envuelve mientras se da cuenta de la verdadera magnitud de sus acciones.

Douma: (en su mente, con pesar) Kanae... Te pido perdón por lo que te hice. Mis acciones fueron impulsadas por la ambición y el deseo de complacer a Muzan, pero ahora veo que estuve cegado por mi lealtad a él. Me arrepiento profundamente de haber causado tu sufrimiento y tu muerte.

Una sombra de tristeza cruza su rostro mientras se sumerge en la introspección, luchando con sus propios demonios internos. Aunque el camino hacia la redención parece largo y tortuoso, Douma sabe que es un paso que debe dar si alguna vez quiere encontrar la redención.

Este Amor Debe Ser SecretoWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu