Cap 8 (Mi lealtad esta decidida)

31 1 0
                                    

Douma abre los ojos lentamente, sintiendo una punzada de dolor en su mandíbula donde Shinobu lo golpeó. Al levantar la vista, se encuentra con Aoi, que lo mira con una mezcla de sorpresa y cautela.

Aoi: (con cautela) ¿Estás bien? Shinobu te trajo aquí.

Douma: (levantándose con cuidado) Gracias. ¿Dónde está mi compañero Tanjiro? Necesito hablar con él de inmediato.

Aoi: (frunciendo el ceño) Tanjiro está en un juicio en este momento. Han surgido algunas complicaciones y...

Douma interrumpe rápidamente, su mente urdiendo un plan.

Douma: (con falsa urgencia) ¡Dios mío! ¡Debo ir a su rescate! Pero necesito tu ayuda. Por favor, dime cómo llegar al lugar del juicio.

Aoi: (dudando) No puedo dejarte ir. Si Tanjiro está en juicio, es importante que respetemos el proceso.

Douma: (con una expresión angustiada) ¡No tienes idea de lo importante que es esto! Por favor, Aoi, confía en mí. ¡Necesito ir!

Aoi parece indecisa, pero finalmente cede ante la aparente angustia de Douma.

Aoi: (suspirando) Está bien, pero te advierto, si algo sale mal, será tu responsabilidad.

Douma asiente rápidamente, agradecido por la cooperación de Aoi. Observa a su alrededor, buscando una salida, y finalmente se dirige hacia la ventana más cercana. Con un salto ágil, sale por la ventana y se lanza hacia el exterior, dejando atrás la Mansión Mariposa y dirigiéndose hacia el juicio donde Tanjiro se encuentra.

Por otro lado Tanjiro se encuentra de pie en el centro de la sala, rodeado por los Pilares de la Espada, su mirada llena de determinación a pesar de estar encadenado con una camisa de fuerza. A su lado, Tomioka se levanta en su defensa, pero su acto de valentía no pasa desapercibido.

Tomioka: (firme) Como miembro de los Pilares de la Espada, debo respaldar a Tanjiro. Ha demostrado su valentía y lealtad a la causa una y otra vez. No podemos condenarlo sin pruebas concretas.

Tanjiro asiente con gratitud hacia Tomioka, pero la sala estalla en un murmullo inquieto. Sanemi, con expresión de furia, se pone de pie de un salto.

Sanemi: ¡Esta es una locura! ¿Acaso están todos ciegos? Este niño ha estado asociado con los demonios desde el principio. No podemos permitir que su influencia corrompa a nuestros camaradas.

Antes de que alguien pueda reaccionar, Sanemi se lanza hacia la caja donde yace Nezuko, su katana lista para clavarla. Sin embargo, en un giro sorprendente, Douma se mueve con una velocidad increíble y toma la caja de las manos de Sanemi justo a tiempo.

Douma: (con una sonrisa burlona) Veo que la situación se está volviendo un tanto agitada, ¿no les parece?

Los Pilares se quedan boquiabiertos ante la rápida intervención de Douma, que sostiene la caja de Nezuko con calma.

Tomioka: (asombrado) ¿Qué esta haciendo el aquí?

Douma se encoge de hombros, manteniendo su sonrisa enigmática.

Douma: (con calma) Simplemente estoy evitando un error irreversible. No podemos permitirnos condenar sin pruebas, ¿verdad?

Sanemi aprieta los puños, visiblemente frustrado por haber sido detenido.

Sanemi: ¡Maldita sea! ¡Déjame hacer lo que debo hacer!

La sala queda en un tenso silencio, con los Pilares observando atentamente la situación, sin estar seguros de qué camino tomarán los acontecimientos. Douma se mantiene imperturbable ante la mirada furiosa de Sanemi, su sonrisa burlona intacta mientras sostiene la caja de Nezuko.

Douma: (con un tono desenfadado) Vaya, vaya, parece que alguien está un poco alterado. No pensé que un Pilar se dejaría llevar tan fácilmente por la ira.

Sanemi aprieta los puños con aún más fuerza, su expresión endurecida por la indignación ante la insolencia de Douma.

Sanemi: (con voz tensa) No tienes idea de quién eres para hablar así, novato. ¡Deberías mantenerte en tu lugar!

Douma: (riéndose suavemente) ¿Mi lugar? Creo que es lo suficientemente claro. Después de todo, acabo de salvar a esta pobre chica de una sentencia injusta. No es mi culpa si algunos Pilares no saben cómo controlar sus impulsos.

Los otros Pilares observan con atención la interacción entre Douma y Sanemi, sorprendidos por la audacia del recién llegado.

Tomioka: (interviniendo) Por favor, mantengan la calma. No ganaremos nada con pelear entre nosotros.

Sanemi y Douma se miran con desdén, pero finalmente Sanemi se retira, sabiendo que no ganaría nada enfrentándose a Douma en ese momento.

Sanemi: (entre dientes) Esto no ha terminado, novato.

Douma: (con una sonrisa satisfecha) Estaré esperando, Pilar.

Con un gesto de desdén, Sanemi se aleja, dejando a Douma con la caja de Nezuko en la mano y una sonrisa triunfante en el rostro.

El patron llega a la sala con una mirada severa, notando inmediatamente la tensión en el ambiente. Los Pilares están enojados y descontentos con la decisión que ha sido tomada.

Patron: Buenos días a todos. Veo que hay cierta controversia en esta sala. ¿Alguien puede explicarme qué está sucediendo aquí?

Tanjiro se endereza, consciente de la mirada escrutadora del patron sobre él, y toma una respiración profunda antes de hablar.

Tanjiro: Patron, lamento profundamente cualquier problema que mi presencia haya causado. Pero permíteme explicar...

Pero antes de que Tanjiro pueda continuar, algunos de los Pilares comienzan a expresar su desacuerdo de manera vehemente.

Tengen: ¡No podemos permitir que esto suceda! ¡Es una afrenta a nuestros principios!

Sanemi: ¡Este muchacho no tiene lugar aquí! ¡Debería ser castigado por su imprudencia!

Tanjiro baja la mirada, sintiendo el peso abrumador de la desaprobación de sus compañeros. Sin embargo, el patron interviene con autoridad.

Patron: Silencio. Escuchadme todos atentamente. La decisión de permitir que Tanjiro viajara con Nezuko fue tomada por mí mismo desde el principio, y no fue tomada a la ligera. Reconozco la valentía y la lealtad de Tanjiro hacia nuestra causa, y confío en que él sabrá demostrar su valía.

Los Pilares intercambian miradas entre ellos, pero la expresión del patron no deja lugar a dudas.

Patron: No podemos permitir que nuestras emociones nublen nuestro juicio. Tanjiro Kamado merece una oportunidad justa para demostrar su valía, al igual que cualquier otro miembro de esta organización.

Con estas palabras, el patron da por concluida la discusión y se retira de la sala, dejando a los Pilares sumidos en un incómodo silencio, con la certeza de que la decisión tomada prevalecerá.

Este Amor Debe Ser SecretoWhere stories live. Discover now