Cap 40 (Respiración del Eclipse)

23 1 0
                                    

Douma: Respiración del Eclipse, Primera Postura, Corte de la Creciente.

Douma avanza con su espada oscura en alto, cortando el aire con un arco siniestro. Muzan se defiende hábilmente, pero el golpe deja una marca en su piel inmortal.

Douma: Respiración del Eclipse, Segunda Postura, Latigo de la Menguante.

La espada de Douma se transforma en un látigo oscuro que serpentea hacia Muzan. Este intenta esquivarlo, pero el látigo encuentra su objetivo, dejando una marca profunda en su brazo.

Douma: Respiración del Eclipse, Tercera Postura, Oscuridad Parcial.

Una niebla oscura envuelve a Muzan, obstaculizando su visión. Douma aprovecha la confusión para lanzar una serie de ataques sorpresa.

Douma: Respiración del Eclipse, Quinta Postura, Tormenta de Sangre.

Douma ataca con una explosión de energía oscura, de la cual aparece una nube de la que llueve sangre que atraviesa la piel de Muzan. Douma emerge ileso y listo para el siguiente ataque.

Douma: Respiración del Eclipse, Sexta Postura, Ira Roja Parcial.

La furia ardiente se enciende dentro de Douma, potenciando sus movimientos con una intensidad renovada. Sus golpes golpean a Muzan con una fuerza impresionante.

Douma: Respiración del Eclipse, Octava Postura, Sed de Sangre.

Douma con una serie de ataques rápidos y precisos de su katana, que Muzan casi no logra esquivar.

Douma: Respiración del Eclipse, Novena Postura, Hoces de Sangre.

Las sombras se materializan en forma de cuchillas afiladas que rodean a Douma. Con un movimiento elegante, las lanza hacia Muzan, quien apenas logra esquivarlas.

Douma: Respiración del Eclipse, Decima Postura, Caos del Eclipse.

Douma desata una tormenta de energía oscura, Muzan queda totalmente sumergido en ella con temor. Sus ojos brillan con desesperación mientras lucha contra la oscuridad que amenaza con vencerlo.

La batalla alcanza su punto culminante mientras Douma y Muzan se enfrentan en un duelo desgarrador. Cada movimiento es un acto de desesperación y poder, con el destino del mundo en juego. Finalmente, con un esfuerzo supremo, Douma logra superar a Muzan, dejándolo derrotado en el suelo mientras la oscuridad se disipa lentamente.

Shinobu: ¡No, Douma, por favor, quédate conmigo!

Con lágrimas en los ojos y el corazón apretado por el miedo, Shinobu se arroja hacia el cuerpo de Douma, temblando de angustia mientras sus manos aferran con desesperación la tela empapada de sangre que cubre su pecho. Los demás pilares observan en silencio, con expresiones de profunda preocupación y tristeza.

Shinobu: (entre sollozos) ¡No te vayas, Douma... por favor!

El aire parece detenerse por un instante mientras Douma, exhausto y al borde del colapso, se tambalea antes de desplomarse en el suelo. Un grito ahogado escapa de los labios de Shinobu, quien se precipita hacia él, con el corazón encogido por la sensación de pérdida inminente.

Shinobu: (con voz temblorosa) No puede ser... ¿Douma...?

Sus ojos se llenan de lágrimas, su visión se nubla por el tormento emocional mientras lucha por comprender la tragedia que parece haber caído sobre ellos. Los demás pilares, abrumados por el dolor, se unen a su lado, compartiendo su pesar en un silencio solitario y sombrío.

Himejima: ¡No puede ser!

Tengen: ¿Cómo es posible...?

Mitsuri: (con la voz entrecortada) No... no puede ser cierto...

Sanemi: (con voz ronca) Maldición...

Iguro: (con gesto sombrío) Esto es... inaceptable.

Tomioka: (en un susurro) Douma...

El silencio se cierne sobre ellos, pesado y opresivo, mientras cada uno procesa la noticia de la aparente pérdida de Douma. Sus rostros reflejan una mezcla de incredulidad, dolor y desesperación, y aunque ninguno puede articular las palabras, el eco de sus pensamientos atormentados llena el aire.

En un gesto de solidaridad silenciosa, se reúnen alrededor de Shinobu y Douma, ofreciendo su apoyo en medio de la angustia compartida. Aunque el peso de la tragedia los abruma, su determinación de seguir adelante y proteger lo que queda de su familia de pilares sigue ardiendo en sus corazones.

Sin embargo, en medio del caos emocional, un rayo de esperanza irradia desde el interior de Shinobu. Con manos temblorosas, coloca su oído sobre el pecho de Douma, desesperada por cualquier señal de vida. Y entonces, en el silencio tenso, el latido débil pero constante del corazón de Douma rompe el aire, como un susurro de promesa y renovación.

Shinobu: ¡Tiene pulso! ¡Douma está vivo!

Una explosión de alivio y alegría llena el aire mientras Shinobu se sumerge en un abrazo apretado alrededor del cuerpo de Douma, sus lágrimas ahora son lágrimas de felicidad, mientras la esperanza florece una vez más en el corazón de todos.

Este Amor Debe Ser SecretoWhere stories live. Discover now