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No podía creer que otra vez estuviera alucinando, lo que estaba viendo delante de sus ojos era otro dibujo con otro mensaje claramente para ella y ahora no tenía dudas porque lo que se veía en el graffiti era una fogata en la playa con la Luna de testigo así como fue esa noche en la que se declararon su amor, los sentimientos que tenían la una por la otra y en la que se prometieron que aunque estuviera todo el mundo en contra y dijeran que su relación era de puro interés, jamás dudarían de lo que sentían y ahora todo era distinto porque estaban separadas, habían roto esa promesa en la que se juraron amor eterno y su relación estaba hecha añicos con todas las mentiras que la rubia descubrió pero todas las imágenes de esa noche le estaban atormentando en su cabeza porque ahora no la tenía delante para mirarla a los ojos y preguntarle por qué le hizo daño, por qué volvió si tiene que esconderse y qué pretendía con ella si no le importaba.

Lo que la abogada no sabía es que la protagonista de ese dibujo estaba observándola de lejos con una sonrisa triste y los ojos llorosos porque todavía la amaba con todas las fuerzas de su corazón, quería recuperarla y enamorarla de nuevo como lo hizo el primer día.

  - Luisi sigues ahí? - Preguntaba Mateo al no escuchar a la rubia.

  - Dios mío otro mensaje... - Se quedó totalmente en shock porque ya no creía que fuera pura coincidencia.

  - ¡Mateo es otro mensaje! - Contestó Luisita alterada porque ya estaba asustada con todo.

  - ¿De qué hablas Luisita?

  - ¡Hay otro graffiti pintado en la pared!

  - Ya con este serían... - Mateo quería parecer convincente.

  - Dos, serían dos.

  - Sí... serían dos... Luisi, ven a la oficina y cálmate por favor, estás muy alterada.

Después de seguir mirando un rato más el dibujo llegó a la oficina y lo primero que hizo fue refugiarse en los brazos de Mateo porque necesitaba desahogarse, quería respuestas a todas las preguntas que se estaba haciendo y nadie se las podría dar, porque todo era muy extraño y tenía que saber la verdad que durante tanto tiempo llevaba esperando.

  - ¿Mateo por qué dudaste del número de graffitis pintados en la pared? - Preguntaba Luisita al creer que su amigo le ocultaba algo.

  - No sé de qué me hablas Luisita. - El abogado se hacía el desentendido.

  - Yo creo que sí sabes pero no quieres hacerlo saber.

  - No dudé Luisita, son dos dibujos los que llevan pintados... Y dime, ¿Qué decía el último? - Le preguntó Mateo sentándose a su lado del escritorio.

  - Era un dibujo de una fogata en la playa a la luz de la Luna y me decía " No dudes"... - Recordaba Luisita pensativa.

  - Bueno Luisi ahora sí eso puede significar cualquier cosa.

  - ¿Cualquier cosa otra vez, el nombre de una canción, un libro...? ¡Por favor Mateo! - Preguntaba Luisita desesperada porque su amigo creía que se estaba volviendo loca.

  - Bueno, ¿Por qué no?

  - Porque no Mateo, porque no. No puedes pensar que esto no es extraño y que me estoy volviendo loca. O sea ya son dos cosas, la pulsera y la fogata en la playa, son dos cosas que definitivamente tienen que ver con mi relación con Amelia.

  - ¿Mateo tú de verdad sigues creyendo que esos mensajes no son para mí? - Preguntaba Luisita a su amigo esperando una respuesta clara. - ¿Sabes qué? Qué a lo mejor sí me estoy volviendo loca. - La abogada decía poniéndose las manos en la cabeza de la preocupación.

Lo que en ti veoWhere stories live. Discover now