Rocío es perfecta.
Siempre lo fue, desde chiquita.
Nos conocemos desde el jardín de infantes, cuando teníamos cinco años.
Desde ahí fuimos inseparables.
Vivíamos a una cuadra de distancia en el barrio de Haedo. Nuestras mamás se conocían desde el secundario así que era natural que quisieran que nosotras seamos mejores amigas desde la infancia.
En la primaria a nuestros seis o siete años comenzó el problema.
Íbamos a segundo grado en el colegio n* 187, un colegio del estado medianamente aceptable.
Allí es donde descubrí mi anhelo por ser como Rocío.
-¡Está hermoso Rocío!- dijo la señorita Mónica, maestra de arte al ver el dibujo de Rocío.
-Seño mire el mio- dije emocionada mostrándole mi dibujo, ella lo miró con cara de horror
-Ehhh seee, es... pintoresco- me dijo con una sonrisa falsa.
Hasta el día de hoy estoy convencida que esa mujer creo el complejo de inferioridad y competitividad que hay en mi en la actualidad. Es que ¿ a que adulto cuerdo se le ocurre decirle a una criatura de siete años decirle "es pintoresco" ? Somos nenes, no Van Gogh.
Creo que desde ese momento quise hacer todo como Rocío, no de mala o envidiosa sino como para aprender a ser mejor.
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Rocío es...
Non-FictionLa historia esta narrada por Carolina Amaya, una joven que tiene varios complejos y no puede vivir sin estar a la sombre de su mejor amiga, Rocio. Ella contara como es la vida desde el punto de vista de quien esta en un segundo plano.
