Volviendo a ser joven (BonxBonnie) [1° Libro]

Capítulo 1. ¿Qué pasó?

- Entonces, ¿nos vemos por la tarde, maestro?- le preguntaba el chico de pelo morado a su amigo con una gran sonrisa y con entusiasmo en los ojos.

- C-claro, Bonnie. Allí estaré- le dijo igualmente Bon, solo que con un pequeño sonrojo y volteando hacia otro lado.

- ¡Genial! Te veo en el parque a las 17:00- se giró y se fue a su casa.

Ya era verano, el evento de primavera acabó al igual que las clases, pero aun así, Bon y Bonnie seguían practicando con sus guitarras. Bon se rindió y aceptó que lo que sentía por Bonnie no era simple amistad, sino puro amor. Lo malo es que era tan cobarde que en todo ese periodo de tiempo no se atrevió a confesarse a Bonnie. Aun así controlaba mejor sus repentinos sonrojos y ya no tartamudeaba tanto como antes.

Bonnie por su parte estaba feliz de que aún pudiera practicar con su "maestro", ya que pensaba que al terminar el evento, Bon no querría pasar más tiempo con él, ya que solo le dijo que quería practicar con él hasta que terminara el evento, pero al parecer estrecharon un gran lazo de amistad, y se verían siempre que pudieran durante el verano. En el camino, Bonnie notó que su móvil vibraba. Lo tomó y contestó.

- ¿Hola?

- Hola Bonnie, soy yo- la voz de una chica sonaba al otro lado de la línea.

- Ah, Irene, ¿qué pasa?- el pelimorado ya se esperaba lo que vendría a continuación.

- Quiero probar mi nuevo invento y me gustaría que me ayudaras. Pásate por mi casa cuando tengas ocasión, ¿ok?

- Ok, voy ahora para allá.

- ¿En serio? Muchas gracias Bonnie. Te espero- y colgó.

Bonnie suspiró cansado. Ya conocía bastante bien a Irene. Siempre que hacía uno de sus experimentos había alguna pega o contratiempo. Por lo menos sus efectos no duraban más de un día o ya tenía la solución preparada. A veces, Irene era un poco cabezota y no era buena idea hacerla enfadar.

Caminó hacia la casa de la chica con paso lento, total, no dijo que era urgente, por lo cual, no había prisa. Llegó a su casa y llamó a la puerta. Se escuchó un "ya voy" muy apresurado seguido de unos pasos de alguien subiendo escaleras.

- Oh, Bonnie, por fin llegaste- una chica de casi su misma altura. Llevaba puesta una bata de laboratorio y unas grandes gafas. El pelo lo llevaba suelto a la altura de los hombros de color castaño claro- Pensaba que tardarías más en llegar.

- Al parecer tu casa me pilló de camino.

- Bueno, pues pasa- la castaña se apartó y dejó pasar al chico.

- Gracias, Irene- entró-. Bueno, ¿Cuál es el experimento de hoy?

- Ven conmigo y te lo enseñaré- Irene le hizo un movimiento con la mano diciendo que la siguiera.

Bajaron unas escaleras hasta un laboratorio subterráneo. Era bastante amplio y tenía muchos tubos de cristal llenos de brebajes misteriosos, montañas de papeles por todos lados y un montón de trastos tirados por el suelo y las mesas.

- Está más ordenado que la última vez...- el comentario de Bonnie hizo que a Irene se le escapara una risilla.

- Ya... Ven, es este- la chica lo llevó hasta el final del laboratorio hasta un cápsula.

Irene apretó un botón rojo que estaba al lateral de la cápsula e hizo que esta se abriera. Tras una pequeña niebla se dejó ver una pistola color azul con una especie de rueda con bastantes números. Bonnie estalló en carcajadas.

- ¿En serio? ¿Pretendes usar un secador de pelo en mí?- Bonnie no paraba de reír- Irene, te has lucido esta vez...

- ¡No es un secador de pelo!- le gritó- Es una pistola rejuvenecedora. Con esta pistola puedo hacer que cualquier persona o animal vuelva a tener el cuerpo más joven, o en otras palabras, menos desarrollado, dependiendo de la edad a la que quiera tener dicho cuerpo, y lo mejor es que en teoría no pierde la memoria, sino que mantiene la conciencia de la actual edad. ¿Lo entiendes?- Bonnie negó con la cabeza- En resumen, que puedo hacer que tangas el cuerpo de un niño de 6 años pero tener la memoria y la conciencia intactas.

- Aah, ahora lo entiendo- Bonnie pensó unos segundos- ¿Me quieres decir que me quieres convertir en un niño de 6 años?

- Esa es la idea- Irene cogió la pistola-, tranquilo, no te dolerá nada de nada, ¿estás listo?

Antes de que Bonnie pudiera decir nada, Irene le apuntó y apretó el gatillo disparando un rayo verde que alcanzó de lleno al pelimorado, causando un rayo cegador y que la castaña cerrara los ojos con fuerza y protegiéndose la cabeza con los brazos.

Irene fue abriendo lentamente los ojos, no vio a Bonnie en frente suyo.

- ¿Funcionó?- se oyó una vocecilla aguda. La chica bajó la mirada y se quedó atónita- ¿Qué pasa?

Bonnie se encontraba en el suelo de pie, llegaba hasta las rodillas de Irene. Tenía la voz más aguda y los ojos mucho más grandes y brillantes. Por lo menos, la ropa también encogió con él.

- No sé si es que mi rayo tiene otro rayo incorporado para hacer que a quien alcanza se vuelva súper mega tierno, o es que eres así por naturaleza- Irene se aguantaba las ganas de achucharlo hasta asfixiarlo, para anotar en su libreta que su experimento había sido todo un éxito. Hasta que se dio cuenta de un ""ligerísimo"" fallo.

- Sí, sí, lo que tú digas, pero ahora devuélveme mi cuerpo normal- Irene miraba hacia otro lado mientras se rascaba nerviosa la nuca-. ¿Y bien?

- Ya... esto no te lo había dicho... pero, todavía no he encontrado una forma de revertir el efecto... jeje- reía nerviosa mientras Bonnie estaba en shock.

- Espera, ¡¿QUÉ?! ¡¿Me estás diciendo que me quedaré atrapado en el cuerpo de un niño de 6 años durante toda mi vida?!

- Técnicamente, los efectos no duran tanto... como mucho puede durar unos cuantos meses...

- Esto no puede estar pasando... Un momento, ¿qué hora es?

- ¿Eh?- la chica miró la hora en su reloj de muñeca- Son las 16:45, ¿por qué?

- Oh no, había quedado para practicar con Bon a las 17:00, ¡¿cómo le explico esto?!- se señaló a sí mismo.

- Tranquilo, ¿ok? Lo primero es lo primero, voy a llamar a Bon para que venga aquí.

- ¿En serio? ¿Esa es tu solución para esto?

- Sé lo que hago, él me conoce, si le explico lo que pasa lo entenderá. Además, con mi inteligencia, estoy segura de encontrar la forma de devolverte a tu forma normal en un abrir y cerrar de ojos.

- Con tu inteligencia has creado un secador de pelo que me ha convertido en un niño de 6 años con la mentalidad de un adolescente de 16 años.

- Lo sé... ¡Soy una genia!- Bonnie sólo se golpeó la frente con la mano...