10. Raptos y Asesinatos.

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"El misterio del amor es mayor que el misterio de la muerte" - Oscar Wilde

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"El misterio del amor es mayor que el misterio de la muerte" - Oscar Wilde.

Los ojos se Nina se enfocaron en aquella pequeña escultura de metal, la que había hallado anoche al llegar, después de eso sus recuerdos serpenteaban unos contra los otros, mezclando los acontecimientos y generándole dolor en las sienes.

Sin embargo, lo que realmente la perturbó fue el hecho de que la escultura estaba en pedazos, deshecha, las trizas se esparcían por toda la mesa. Nina reunió los fragmentos en sus manos, tuvo cuidado para no cortarse, y los lanzó a la basura, preguntándose qué había sucedido.

Escuchó el pitido constante de su organizador, anunciando la llegada de un mensaje, ella lo tomó y leyó lo que había en recientes. Junto con la información diaria que llegaba sobre los acontecimientos importantes de la ciudad estaba el mensaje que le había dejado Michael Lauper el día anterior.

El cual ella había olvidado responder.

Tomó una respiración profunda y tecleó en la pantalla táctil.

Me comprometeré con el grupo familiar Lauper, gracias por permitirme ser parte.

Nina envió el corto y conciso mensaje rápidamente, antes de arrepentirse, no entendía por qué se sentía como una niña pequeña a punto de ser regañada por sus padres, imaginó la imponente figura de Michael Lauper mientras leía su respuesta, seguramente frunciría el ceño y sus labios se retrairían.

Ella miró la hora en el reloj de pared y se dirigió al baño, comenzó a cepillarse los dientes cuando recordó que hoy no debía ir a trabajar con La Junta Empírea, se planteó qué hacer el resto del día y notó que su vida giraba alrededor de su trabajo como asistente del arcángel Ashael. Los ángeles no eran amistosos, nunca tenían eventos sociales como fiestas o reuniones informales, a excepción de la gala anual de La Junta Empírea.

Una reunión formal donde las familias más adineradas y con más distinción entre los ángeles se reunían, charlaban y planeaban movimientos económicos y políticos. Nina solo había asistido una vez, al cumplir la mayoría de edad general para humanos, demonios y ángeles, dieciocho años; ese día se había sentado en medio de su madre y padre, en un mesa redonda espléndidamente decorada, y se había mantenido callada, ellos esperaban que aportara algo a las conversaciones sobre La Junta Empírea, pero fue incapaz de abrir la boca en aquel ambiente elegante y frívolo.

Cuando salió del baño tras darse una ducha sopesó en qué dedicaría su tiempo, tal vez podría ir a la biblioteca o inscribirse en algún curso o profesión para poder contribuir a la empresa de su padre, Nina ladeó la cabeza mientras se vestía, no sabía por qué Michael Lauper había decidido mantener su vínculo con ella.

Mientras sus pensamientos daban vueltas sin parar, la pantalla de su organizador se iluminó con una señal de advertencia roja, ella desbloqueó el aparato y dejó que el mensaje se reprodujera. Después de que apareciera el emblema de La Junta Empírea, una daga de oro en cuyo mango había un intrincado diseño, además estaba rodeada por cinco puntos que irradiaban un aura violeta, apareció una mujer, conocida como la ministra Leah, cuyo nombre en realidad era Lehahiah.

Ella tenía el cabello negro lacio, lucía brillante y sedoso, hasta los hombros, sus ojos eran ligeramente rasgados, de color índigo y su piel oliva se veía sana. Vestía completamente de blanca, contrario al atuendo habitual de La Junta, llevaba un vestido vaporoso, seguramente porque el mensaje estaba siendo visto por humanos, demonios y ángeles, quería dar una imagen menos férrea y apática.

La mujer habló con seriedad y fuerza.

- La desaparición y posterior asesinato de tres ángeles y cinco humanos está siendo investigado a fondo por La Junta Empírea - Ella habló con neutralidad como si no se tratara de la muerte de varias personas -. Las fechas en las que se presentaron los raptos y el estado en que fueron encontrados los cuerpos de los humanos hace sospechar sobre un posible asesino en serie, sin embargo, no hay información sobre los tres ángeles.

Nina se estremeció.

Nunca había oído hablar de un asesino en serie que raptara ángeles, menos aún un caso anunciado por una arcángel perteneciente a La Junta. Era extremadamente extraño que algo así se diera en la perfecta y estructurada sociedad de los ángeles, es más, seguramente sería ignorado por muchos, solo le afectaría a los humanos, sobretodo porque todavía no había reportes sobre las desapariciones de los ángeles.

- Esto solo es una advertencia para los civiles ángeles y humanos, ser precavido no está de más.

La transmisión del mensaje terminó y la pantalla del organizador se apagó.

Nina se quedó quieta mientras un escalofrío recorría su espina dorsal, un sudor frío estalló en su piel. Tenía la sensación de ser observada y aquello le asustaba en sobremanera. Ella recorrió su pequeño apartamento y suspiró.

Después de aquella noticia, quién no se sentiría inseguro de su entorno.

Desde la comisura de ojo captó un pequeño movimiento, su cabeza giró vertiginosamente y su ojos escanearon la pared en busca de la mancha que creyó ver. Una de las sombras parecía extraña, la forma que se proyectaba desde una silla estaba fuera de lugar.

Nina se acercó con cuidado y la sombra se movió, saltando por toda la estancia. Nina gritó, se sintió acorralada mientras la sombra se movía de un lado para el otro, como si estuviera alarmada.

La sombra tomó una forma femenina, los brazos subieron hasta la cabeza y un hueco se abrió en la parte del rostro, si tuviera, donde debería estar la boca, como si estuviera gritando. Luego se llevó un dedo a los labios, como si le pidiera a Nina que hiciera silencio.

Nina se quedó estupefacta, mirando la sombra que intentaba apaciguarla y callarla. De repente, la sombra desapareció y el ángel se frotó los ojos, como si todo aquello se lo hubiera imaginado.

Luego, un golpe sonó en su puerta principal.

Nina parpadeó un par de veces, se sentía atrapada en una realidad paralela; caminó algo tambaleante hacia la puerta y se fijó en la mirilla antes de abrir.

El demonio que había del otro lado no hizo nada por apaciguar su acelerado corazón.

- Señor Adair - Nina se aclaró la garganta - ¿Hay alguna razón en especial por la que esté aquí?

Nina debía ser respetuosa, manteniendo la fachada sobre su inhibición emocional, además, este hombre estaba haciendo algún trato con el ministro Shales, por lo cuál, si la necesitaba para algo en particular sobre La Junta Empírea, ella debía ayudarle.

Adair sonrió.

Gracias por leer <3 Millones de gracias por los 10k ❤ ¿Qué te pareció? los invito a leer mi nueva historia MONOCROMÁTICO.

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El beso del DemonioWhere stories live. Discover now