A Strange Tale 2 - Capítulo XIII

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Tan pronto el aire frío rozó su piel, Rebecca abrió sus ojos y descubrió horrorizada un cielo negro y las copas oscuras de los árboles. Asustada y con su respiración alterándose llevó una de sus manos a su rostro y la restregó con cierta dureza, comprobando el leve dolor por su acción, supo que esto era real.

Percibió las hojas secas donde yacía recostada e intentó levantarse, colocándose sobre sus hombros miró a su alrededor, vislumbrando un gran bosque y negrura sobre ella. El sitio le era perturbadoramente familiar. Con dificultad se alzó y, a sabiendas de lo que le esperaba, inició su camino por ese caótico ambiente.

Mientras caminaba por ese sendero sin fin, cuál Alicia perdida en el país de las maravillas, a su mente llegó lo que había pasado. Haberdash le había inducido en un sueño. También recordó a ambos hechiceros y su intentó por ayudarle. Le habían liberado, pero no plenamente. Suspiró entristecida mientras se abrazaba a sí misma y pensó si ellos dos estaban bien, si seguían luchando contra ese Edvard o habían caído en sus garras de sueño, como si de Freddy Kruger se tratase. De nuevo suspiró y detuvo su caminar, prestó atención a su alrededor, la paz que le abrazaba le genero un miedo terrible, y temerosa de que algo apareciese continuo su camino. 

Sintiendo un pesar muy grande, Stephen Strange lentamente se alzó de aquel frío suelo y miró a su alrededor, contemplando la tenebrosidad de ese sitio

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Sintiendo un pesar muy grande, Stephen Strange lentamente se alzó de aquel frío suelo y miró a su alrededor, contemplando la tenebrosidad de ese sitio. Dio unos cuantos pasos y el dolor en su cuerpo, y especialmente en sus manos, se hizo presente. Trató de sostenerse de lo que parecía ser un enorme tronco e intentó respirar tranquila y profundamente. Estaba consciente de que la pesadilla lo había atrapado en sus terrenos y tenía que ambientarse a su dimensión. Ya había estado aquí, solo necesitaba saber cómo jugar en ella. Recordó las páginas del libro de los sueños y en especial la escasa sección de las pesadillas. Strange no podía negar que, en aquel libro, el cual debería tener vastos conocimientos de esta dimensión, el lugar de las pesadillas tuviese tan poca información.

—La puerta que se abre ante la oscuridad revela en ella la pesadilla —escuchó—. Una vieja advertencia sobre mí. ¿Está disfrutando de su sueño, Doctor?

En la realidad, Haberdash caminaba entre los cuerpos sucumbidos ante el sueño profundo. Los observaba con tranquilidad, hasta que su mirada dio con lo que tanto había anhelado. El libro de los sueños. Se acercó al cuerpo del hechicero Wong, se hincó y sonrió descaradamente.

—¿Me permite? —cuestionó mientras tomaba el ambicionado libro.

Admiró aquel viejo ejemplar, sus delgados dedos recorrían la gruesa tapa y unos deliciosos escalofríos viajaron por su cuerpo. Cuál niño chiquito, Edvard abrazó el libro y se alzó, dio las gracias al dormido Wong mientras iba caminó a los escalones a tomar asiento. Abrió su apreciado tesoro y su boba sonrisa no paraba de ensancharse al rever aquellos textos que describían su dimensión. Deteniendo su lectura, Haberdash se percató de los sueños que ellos tres tenían y como lentamente estos se convertían en pesadillas. Volvió a hojear, hasta que llegó a la mejor parte, donde debería hablar sobre él.

Las Extrañas Historias de una Joven Hechicera. 【E D I T A N D O】y【P A U S A D A】Where stories live. Discover now