A Strange Tale 2 - Capítulo VIII

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Los birretes se alzaron al cielo de otoño que yacía sobre el campus escolar, todos se abrazaron y se felicitaban por el logro obtenido mientras que sus padres miraban orgullosos y con lágrimas a sus hijos recién graduados. Rebecca y Lu se abrazaron con gran emoción sin creer su dicha hazaña.

—¡Logramos graduarnos, logramos graduarnos! —cantaron con enormes sonrisas.

Sus padres se acercaron a ellas y sacaron múltiples fotografías con sus celulares sorprendiendo a las jóvenes.

—¡Mamá! —exclamó Becky.

—¡Avisen! —continuó Lu.

Las risas de los adultos resonaron por el lugar y las chicas recogieron sus birretes y continuaron celebrando con el resto de sus compañeros. Sentado en la parte de los invitados Edvard observaba con una ligera sonrisa a Rebecca, había sido invitado a la graduación no por gusto de la joven más bien por insistencia de su madre. Un gran error por parte de Becky fue aceptarle una cita a Haberdash y aun pensaba como fue que había dicho que sí; le había tomado desprevenida.

Su primera cita había sido algo sencilla, una pequeña caminata y comprar alguna golosina, la segunda cita había sido una comida y la tercera fue invitación de su madre donde se dispuso a conocer al joven que cortejaba a su hija. Becky tenía el presentimiento que su madre apoyaría sus pensamientos respecto a que él era un sujeto muy raro, pero sus ideas fueron equivocadas, ella simpatizó mucho con Haberdash, demasiado para ser verdad. La joven se sorprendió en como este tipo lograba llevarse a todos al bolsillo, a todos menos a ella. Edvard se alzó de su silla al notar como Becky y su madre se encontraban solas.

—Felicidades —dijo con grata felicidad.

—Gracias —respondió al momento que borraba su sonrisa.

—Gracias por venir, Edvard —aun contenta continuó su madre.

—El gusto es mío, señora Keller. No quería perderme este momento —gorgojeo mientras dirigía su mirada a la joven—. ¿Algún plan especial para esta noche?

—¿Está noche?

—Si. Tu jefe te dio el día, ¿no?

—Si, pero, la verdad no hay ningún plan.

—¡Una cena! —interrumpió su madre y Rebecca le miró seriamente.

—¡Oh, una cena! —exclamó Edvard.

—¿En serio? —preguntó ella con una severa mirada.

—Claro, de todas formas, te iba a hacer una —continuó con su gran sonrisa mientras le abrazaba—. ¿A las ocho?

—Claro, señora Keller.

Y un gruñido provino de la joven.

Becky logró escaparse de su madre, grupo de amigos y de Haberdash; había dejado de lado su toga, pero aun llevaba el birrete en su cabeza

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Becky logró escaparse de su madre, grupo de amigos y de Haberdash; había dejado de lado su toga, pero aun llevaba el birrete en su cabeza. Caminaba tranquila mientras silbaba con alegría hasta llegar a su destino. Espero paciente a que atendieran y cuando escuchó el sonido de la puerta una gran línea se dibujó en su pálido rostro, como era su costumbre al llegar ahí, y Wong era quien atendía a su llamado.

Las Extrañas Historias de una Joven Hechicera. 【E D I T A N D O】y【P A U S A D A】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora