(31) ╋ Roce Sanguinario ╋

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VIERNES

21 de Diciembre.

LEIGH

Puedes hacerlo, Leigh.

Tienes que hacerlo.

Estaba sentada a oscuras en el porche de mi casa, justo detrás de un matero inmenso que ya el invierno había secado casi por completo. Estaba vigilando el frente de la casa de los Steins, esperando que salieran, necesitaba asegurarme de que todos se fueran a cenar como la chica había dicho. La nieve había comenzado a caer hace unos minutos y agradecí estar bajo el techo del porche y con una gruesa chaqueta y guantes. Sabía que tenía que quitármelos antes de ir a la casa, no podía andar con una chaqueta así de gruesa si quería moverme rápido pero por ahora, podía usarla.

Sentí que cada segundo que pasaba era una eternidad hasta que finalmente vi a los Steins salir de la casa. Todos iban muy elegantes, los tres esposos iban de camisa y pantalones, la Sra. Stein iba con un vestido negro. Kaia y Frey iban de colores oscuros también. Los vi meterse en dos carros separados y escuché los motores enérgicos cuando los encendieron.

¿Dónde estaba Heist?

Como si quisiera responderme, Heist salió de último pero los dos carros arrancaron, ¿lo dejaron? Entré en pánico al considerar que Heist no iría con ellos pero él entró en otro auto estacionado cerca del jardín de mi casa y arrancó para irse detrás de ellos. La casa quedó sola, confirmé que había contado cada Stein y que habían dejado la propiedad, esta era mi oportunidad.

Me quité la chaqueta y los guantes para dejarlos al lado de matero. Mamá ya se había dormido, después de cenar usualmente era cuestión de minutos para que ella se fuera a dormir. Me estremecí al bajar los pequeños escalones del porche y sentir la nieve caer sobre mis brazos desnudos. El frío era insoportable pero nada me detendría, caminé directo a la puerta de atrás que daba a la cocina de la casa y giré la manilla: cerrada.

Saqué el pañuelo del bolsillo de mis jeans, y envolví mi mano por completo antes de golpear un cuadrado de vidrio de la puerta de la cocina y romperlo. Metí mi mano a través del agujero y abrí la puerta desde adentro. No dudé ni un segundo en cruzar la oscura cocina para dirigirme a la sala, ¿dónde estaba el estudio? Si esta casa aún mantenía algo de las estructuras de las casa de este vecindario, debía estar por el pasillo a un lado de las escaleras así que me apresuré en irme por ahí.

Abrí un par de puertas hasta que bingo, encontré el estudio. Encendí la luz y busqué en las gavetas del gran escritorio en medio del estudio. Solo encontré papeles en alemán y algunos libros, la última gaveta fue la que me permitió respirar por un segundo, desde que entré a esta casa, no había podido respirar bien. Las llaves con el llavero negro estaban ahí, las tomé y cerré la gaveta antes de apagar la luz y salir de ahí.

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