(56) † BLUTIGER ZUSAMMENSTOß †

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† 56 †

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† 56 †

LEIGH

Morir...

El concepto de la muerte, del cese de nuestra existencia era uno que no había considerado, que no había cruzado mi mente hasta que pasó lo de mi madre. Esa noche me había dado cuenta de la fragilidad del cuerpo humano, de lo poco que se necesitaba para dejar de existir y del miedo arrollador que podía venir con darme cuenta de esa realidad. Y ese terror se manifestó en ese momento, Heiner tenía su arma apuntada hacia mí y sabía que yo sería su primer objetivo. Mis ojos se cruzaron con los de Rhett y le di una sonrisa triste. Recordé la sonrisa de mi madre, lo bien que la pasaba con mi padre y con tía Lila, recordé a mis amigas, recordé... a Heist.

Esa sonrisa burlona vino a mi mente, el brillo en sus ojos cuando decía algo arrogante. Mila me giró hacia ella y sostuvo mi rostro entre sus manos.

—¿Estás bien? —Disimuló preguntando para luego susurrarme, —toma el arma. 

¿Qué?

—¿Qué están susurrando? De frente a mí, ahora.

Nos enderezamos y Mila apretó mi mano, la tensión en cada uno de mis músculos se intensificó. 

—¡Rhett, ahora! —Mila ordenó.

Y todo pasó con demasiada rapidez y lentitud a la vez frente a mis ojos. Rhett se agachó para derribar a Jaeda de la cintura, ambos cayendo al suelo. Heiner desvió su atención a ellos para apuntar a Rhett, pero Mila ya se había movido y atacó el brazo estirado de Heiner. Luego vino el sonido de un disparo y luego otro.

Heiner maldijo, Rhett soltó un alarido de dolor y yo me apresuré al lugar donde Mila batallaba con Heiner. El arma yacía a unos cuantos centímetros de ellos y la cogí rápidamente, no sin antes recibir una patada en la cara con mucha fuerza de Heiner que me envió rodando hacia atrás sobre la nieve, mi agarre en el arma no desfalleció para no perderla. Mi cara palpitaba en dolor, pero eso no me detuvo, me puse de pie y tambaleándome, me giré lista para apuntar a Heiner.

Para mi sorpresa, él ya estaba de pie y tenía a Mila como escudo frente a él. Jaeda yacía inconsciente al lado de Rhett quien estaba sentado, recostado contra la pared de un lado de la casa, sosteniendo su hombro, sangre brotaba entre sus dedos. Mi pecho se apretó, estaba herido, uno de esos disparos le había dado a él y el otro disparo...

Mi estomago se retorció al ver como el rojo teñía la parte frontal del vestido de Mila. Heiner la sostenía del cuello y puso su otra mano sobre la herida que ella tenía en el estomago.

—¡Mira lo que has hecho! ¡Lo que han hecho! —Heiner lucía furioso, por primera vez, no había frialdad en su expresión sino descontrol absoluto, —¡Sal de mi camino, Leigh! ¡La llevaré al hospital, la salvaré!

Mila me dio una sonrisa triste y en unos segundos, me di cuenta de que ella no necesitaba decir nada porque todo estaba escrito en sus ojos, tan claro como su decisión y a la vez tan oscuro como lo que eso significaba. Aún así, sus labios se movieron para pronunciar lo que yo ya sabía.

Heist [Darks #1] [En librerías] ✔️Where stories live. Discover now