Capítulo 4

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A ver ¿Cómo se le dice a una persona que le están poniendo el cuerno?

Incluso lo googleé y ni con todos los ejemplos que vi logré crear un discurso convincente, entonces me puse a crear un playlist para llorar por que tu mejor amigo sabe que te ponen el cuerno y no te lo ha dicho. El playlist lo puedo crear en minutos ¿El discurso de cómo se lo diré a Nicolás? Todavía no lo sé.

Pero a ver ¿a quién en su sano juicio se le ocurriría ponerle el cuerno a un hombre como Nicolás?

Qué suerte que eso solo lo pensé y no se me ocurrió decirlo en voz alta.

—Pero ¿Quién le pone el cuerno a un hombre como ese? —Ok, qué bueno que no solo yo lo pienso. Francia está tirada en el sofá de mi sala, se supone que ahora mismo debería estar trabajando en las fotos de su estudio, pero heme aquí... buscando canciones de Christian Nodal. Ella se pone de pie y al ver la pantalla de mi laptop, pregunta: —¿Estás creando un playlist?

—Claro, el día que Benja me dejó a Nico se le ocurrió enviarme un playlist para llorar por tu ex. —Francia suelta una carcajada y me entrega el teléfono, se lo había dado para mostrarle la foto de Nico.

—Agrégale la del venao.

—Por supuesto que sí, principalmente porque es algo que él haría. —Cuando minimizo la ventana del playlist, queda de fondo una de las fotos que había tomado hoy. No sé cuál de los dos es más cínico, si Benjamín o Valentina. —¿Qué es peor? ¿Qué te pongan el cuerno? ¿O que tu mejor amigo sepa que te ponen el cuerno?

—Lo segundo, claro. —Me pongo de pie y me asomo por el balcón. Las luces del apartamento de Nico todavía están apagadas. —Aunque ¿estaba enamorado de ella o no? Eso cambia las cosas.

—No lo sé, me enteré el viernes que tenía novia, nunca sube fotos con ella, bueno... ni de él generalmente, esa que publicó en su historia de hoy fue casualidad. —Vuelvo a sentarme frente a la laptop y paso a la siguiente foto, donde están los cuatro. —¿Sabes? Benjamín me dejó en un restaurante a más de media hora de la ciudad, pero esto es tres veces peor, ellos son amigos desde... no sé... ¿la primaria?

—¿Qué Benjamín hizo qué?

—Ya no importa.

—¿Por qué no me dijiste? Pudiste haberme llamado, sin duda hubiera ido por ti.

—Era casi media noche, Francia. No iba a llamarte a esa hora, le hubieras dicho a mi abuelo y él hubiera ido a matar a Benjamín.

—Pues se lo hubiera merecido. Espera... ¿Te dejó en un restaurante en las afueras de la ciudad cuando era casi media noche? ¡Pudo haberte pasado algo! Lo siento, pero cada vez estoy odiando un poco más al pendejo de Benjamín.

—Bueno, de todas formas, ya pasó y Nico me trajo. —Y para cambiar de tema, le digo lo que estaba pensando desde que le puse atención a esta foto: —¿Notas que el tal Samuel tiene casi las mismas características físicas que Nico? Digo, sin el gym, ni los tatuajes. Es como si Valentina tuviera un tipo, cabello castaño, piel bronceada, barba. Claro que Nico está como cien veces mejor. —Bueno, eso sí me salió en voz alta. —Quiero decir, es médico forense, experto en Muay Thai, sabe usar cuchillos y armas. Si se llega el apocalipsis zombie es mejor estar de su lado ¿No?

Francia se queda pensando, creí que iba a decir algo relacionado a lo último que mencioné, pero no; lo que a ella se le ocurre es:

—¿Por qué es que Benjamín fue tu novio y no él?

—A Nico lo conocí después... por Benjamín, de hecho.

—O sea que si lo hubieras conocido antes ¿Fuera tu novio?

Bendito Karma © (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora