"He ido y regresado del infierno, he derrotado al mismo diablo y miles de demonios detras de él para ser quien soy hoy en día, si quieres vivir apártate.
Que aquí voy"
Mi nombre es Roselyn Monroe para cualquiera que me conocer de buena manera, sin e...
Han pasado ya varios meses o eso creo yo. Sin embargo, no he vuelto a ver la luz del sol, por ahora mi única luz es artificial e ineficiente para mantener mis ánimos de seguir viviendo tampoco sabría la hora o el día ya que según recuerdo han pasado varios meses desde que estoy aquí y creo que he olvidado mi cumpleaños u otra fecha importante que ahora mismo no me importan. Tampoco he vuelto a saber de Mauricio desde hace unos días se lo llevaron a otro lugar apenas los dejan unas cuantas horas atado delante de mi sin la posibilidad de tocarnos por unos cuantos metros.
Es muy deprimente este modo de pasar los días, estas situaciones suelen adsorber mucho el alma de las victimas
Mi cuerpo desnudo en esta fría cama de metal oxidada se ha vuelto el poco refugio que me ha dado la vida. Cada día que pasa observo la transformación tan drástica que ha tomado mi cuerpo, antes que lo consideraba una belleza sublime ahora parezco un esqueleto viviente, los huesos de las caderas y clavículas se notan exagerados al igual que mis costillas todo esto dado la excepción de mi estómago llevando casi cinco meses de embarazo, casi no se nota pero si estoy embarazada, esto me asusta más que cualquier otra cosa aún me cuesta asimilar cuando uno de los hombres del maldito monstruo dio la noticia.
Sentía ganas extremas de vomitar pero no podía quitarme a Buckardh de encima de mí hasta que acabara por tercera vez en el día conmigo –me sorprende que venga varias veces al día solo para usarme y luego desecharme, parezco una muñeca- no lograba contener mis ganas de vomitar si no lo hacía moriría, sin embargo libere todo lo que se encontraba en mi estómago encima de la ropa de Buckardh, me golpea dejándome en el suelo.
-maldita perra, mira lo que hiciste- me cachetea repetidas veces
El resto de la semana fue igual no paraba de vomitar hasta que me sacaron de "mi habitación" hasta una sala completamente blanca, un hombre al que solo se le veían los ojos realizo varios exámenes que no logre recordar ya que me habían inyectaron una droga.
-y díganme que tiene la perra esa- pregunta Buckardh
- señor está embarazada –el Don impactado pregunta por mi estado- debe tener dos meses y medio cuando mucho, no solo eso, sino que son dos fetos los que lleva adentro de ella.
Si yo también me sorprendí bastante, el muy desgraciado había logrado dejarme embarazada, no obstante, no iba a dejar que esto me afectara estas pequeñas criaturas que llevo dentro de mí no tienen la culpa de nada si lograba salir de aquí les daría la mejor vida del mundo. Del mismo modo, me he puesto a pensar en los nombres que les pondría si son varones serian Austin y Alex en cambio sí son hembras Denise y Destiny. Mi estómago estaba algo grande mis senos crecían con el pasar del tiempo Al fin tengo pechos más grandes.
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No puedo dejar de pensar si quiera en cómo salir de aquí cada día que pasa, mis poderes están en su nivel más bajo gracias a que Buckardh me dijo que las cadenas están hechas con yodo, el muy maldito se las sabe arreglar para saber que el yodo es mi kriptonita.
Fuera de mis pensamientos los hombres de Buckardh me llevan a mi revisión cada cierto tiempo. Me acostaron como de costumbre en la camilla el mismo "doctor" entra por la puerta esta vez diferente llevaba unos guantes quirúrgicos, botas de plástico y una bata de operaciones inquieta con su vestimenta me muevo muy alterada de la camilla con la intensión de salir de ella.
-El señor dijo que es hora de que te despidas-toma un bisturí de una pequeña mesa- enfermera inyecte la anestesia
No, mis bebes no
Grito mientras lucho con la mujer que está a mi lado con una jeringa en la mano sin darme cuenta siento un pinchazo en mi clavícula izquierda comienza hacer efecto en mi cuerpo desvanezco poco a poco escuchando aun sus voces.
