Todo lo que quiero [ACR #2]

Capítulo catorce | Buddy Holly

—Wesley dice que están subiendo las escaleras—Oliver gritó desde la cocina tras ver la respuesta en su teléfono, tomó el tazón repleto de palomitas de maíz y salió de ahí—. ¿Recuerdas el plan? —le cuestionó.

Silver entrecerró sus ojos y siguió prestando atención a la televisión mientras presionaba los botones de su control con mucha velocidad. Negó con su cabeza dándole a entender que no le escuchaba pues llevaba audífonos puestos. Oliver se quedó de pie esperando, ella solo le miró de reojo recordándole que no podría pausar una partida en línea.

—Que solo nos topamos para decirnos buenos días—dijo la chica finalmente pues no le era difícil adivinar lo que él le pedía.

—Correcto— se sentó en el mismo sofá que ella, pero justo en la otra esquina, a casi un metro de separación pretendiendo ser desconocidos—. Tampoco se vale contar que me ganaste en una partida de Gears of War—metió un puñado de maíz en su boca.

—Tampoco se vale llorar.

—No deberías faltarle al respeto a tus mayores.

—Muy tarde.

Oliver esbozó una sonrisa digna de dar inicio a una sonora carcajada pero no lo hizo, pues el picaporte de la puerta estaba siendo forzado; oyó la voz de Claire apresurar a Wesley y a éste quejarse por ello. Una vez que la puerta fue abierta por completo, vio a la rubia entrar rápidamente.

—¿Hola? —dijo un poco confundido al notar como corrió al baño y se encerró en él—: ¿Comida en mal estado? —preguntó al castaño que entraba con calma arrastrando el poco equipaje que llevaban.

—Brujería de la hermana de Fred—respondió.

—Creí que llegarían más temprano—se volteó casi por completo en el sofá, Fred entraba más cargado y con una expresión de pocos amigos.

—Mi papá quiso que fuésemos a cazar—Wes se encogió de hombros.

—Creí que estabas en contra de eso.

—Yo le disparo a las latas.

—Yo casi le doy a una iguana—el rubio habló por primera vez, dejando sus cosas a un lado de la puerta, de todas maneras, la sala era su habitación.

—¡No! —Silver gritó con furia hacia la pantalla, enojada se quitó los audífonos y los lanzó a la mesa que tenía frente a ella. Los tres le miraron confusos mientras susurraba insultos que sonaban graciosos viniendo de ella; dejó el control a un lado y les miró con un poco de sorna—. Llegaron—dijo cambiando su humor, un poco más amigable y ajena a lo que acababa de pasar.

—Si...—Fred habló con miedo y cerrando la puerta como escape.

—¿Cómo está tío Bastian? —preguntó poniéndose de pie y robando un par de palomitas del tazón de Oliver.

—Bien, eso creo—resopló—. Como siempre.

—¿Y dónde está Claire?

—Está vomitando—Wesley señaló hacia el baño.

—Oh...—arqueó sus cejas—: ¿Está embarazada también?

—No lo creo—Wes se apresuró a decir.

Silver se burló de eso y se encogió de hombros dando por terminada su charla; se alejó del trío con intención de buscar a Claire—. Oliver tiene una noticia—avisó sin preocupación.

Fred se cruzó de brazos de inmediato y Wesley solo frunció el ceño confundido, Oliver siguió comiendo esperando a que ellos insistieran o se olvidaran del asunto. Ambos siguieron en esa posición aumentando la tensión, pues de él podrían esperarse muchas cosas.