Capítulo diecinueve | Wasted hours/Half the world away

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—¿Prometes que no va a doler? —hizo una mueca exagerada al ver el líquido que Claire tenía en su mano izquierda.

—¿Puedes dejar de ser un bebé? —la rubia rodó los ojos—. Dejó de sangrar, solo tengo que desinfectarlo—. Oliver, no va a doler.

—¿Pero por qué me están sujetando? —miró hacia arriba. Wesley lo mantenía sentado en la silla de la cocina mientras que Fred hacia que el brazo de Oliver se estirara y se quedara sobre la mesa.

—Si te callas, será más rápido—Wesley dijo.

—Si, pero... ¡Ah! —gritó de dolor en cuando la rubia comenzó a limpiar la cortada de su mano con antiséptico—. ¡Perra! —cerró sus ojos con fuerza mientras se retorcía en la silla.

Fred se echó a reír.

—Esto es una joya—dijo riendo.

—Eso te pasa por jugar con mi lápiz cuchillo—Silver lo regañó. Oliver miró detrás de Claire donde estaba la chica, con los brazos cruzados y sin una pizca de remordimiento por la escena.

—No estaba jugando con él—dijo entre dientes aun soportando el dolor—. Solo quería ayudarte—se defendió.

—No importa qué fue—Claire comenzó a vendarlo y fue cuando Fred lo soltó—. Solo, no corras con objetos punzantes.

—Ni siquiera corría, soy alto, acelero un poco el paso y parezco Flash—abrazó su mano derecha en cuanto Claire terminó.

—Bien, Barry Allen—Silver dejó caer sus brazos y fue hasta la mesa de café donde estaba una maqueta de un edificio a la mitad—, ahora solo te dedicarás a pintar—dijo sentándose de nuevo en el suelo para continuar con su proyecto.

El timbre de la puerta sonó, y Fred rápidamente fue a atenderla.

—¿Quién es? —le cuestionó Claire.

—Sue—dijo él al abrir—. Hey. —saludó al ver a la chica entrar rápidamente levantando un sobre con su mano.

—Recibí otra, ya son tres—dijo muy sonriente—. Hola—saludó a los demás y volteó con Fred—. Sabes, es interesante.

—¿Por qué? —cerró la puerta un tanto confundido.

—En las primeras dos decían cosas como: Lo siento, no podemos permitirnos publicar su obra porque no es el estilo de nuestras colecciones y bla, bla, bla—se quitó la chaqueta y la colgó en el perchero con las demás—. Pero ésta solo dice que no y me da una cierta lista de observaciones, lo que significa que si se tomaron el tiempo de leerla y no solo me enviaron la respuesta negativa que tienen guardada en algún archivo en la computadora.

—Genial, ¿cuál les enviaste? —le arrebató la carta.

—De monstruos y niños— dijo.

—¿Cómo es posible que te guste escribir cuentos para niños pero no te gustaba la idea de tenerlos? —Wesley preguntó saliendo de la cocina con un vaso de agua en su mano.

—Wesley, cuando eres escritor eres todo. ¿Acaso crees que Stephen King es una adolescente con telequinesis?

—Yo no entiendo por qué te alegra ser rechazada—Oliver ahora estaba sentado en el sofá pequeño; aun abrazando su mano vendada.

—¿Me perdí el dolor? —lo señaló ignorando lo que dijo. Fred asintió y ella resopló triste por eso.

—¿Van a estar aquí para Acción de Gracias? —preguntó Claire llamando la atención después de que cada uno regresara a sus cosas.

Todo lo que quiero [ACR #2]Where stories live. Discover now