Capítulo treinta y siete | Comforting sounds/Champagne supernova

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Era un duelo casi eterno. Mantener la cordura parecía imposible a esas alturas y la impotencia le estaba ganando con cada segundo que pasaba. No se había dado la oportunidad de llorar, simplemente porque no se sentía cómoda hacerlo y porque la primera persona a la que habría acudido para hacerlo sería Wesley. Pero ahora, estaba frente a ella, esperando algo de su parte como si solo aguardara a un veredicto final y darse la oportunidad de replicar o aceptar.

Él seguía sentado en la cama, así desde que entraron a la habitación después de que el último invitado de Silver salió del departamento mientras que Claire se había rehusado a mirarlo en toda la noche: no lo hizo cuando estuvo junto a él en las fotografías ni cuando charlaban animadamente con alguien más, ni cuando ordenaron la cocina para no dejar todo el trabajo al siguiente día; y ese momento no era la excepción.

Ella, en el suelo, con la espalda recargada en la pared y moviendo sus pies de un lado a otro como si el sonido que hacían sus sus zapatos rozar entre si fuese interesante, al mismo tiempo que jugaba con las pulseras en sus muñecas como un vago intento de exaltar que no quería hablar con él, no importase qué tanto se lo pidiera con sus ojos sobre ella.

El silencio ya no era tan incómodo desde hace minutos. Claire trató de esclarecer sus opciones dentro de su mente pero en todas ellas, Wesley no la dejaría en paz hasta que se dignara a enfrentarlo de verdad.

Podía escuchar la pesada respiración que él emitía como si fuese a propósito y estaba segura de que podría escuchar sus pensamientos si los de ellas no fuesen más ruidosos. Sentir a Wesley como un extraño era algo que, creyó, nunca sería posible que pasara.

No dejaba de mirarla, estaba segura que no lo hizo en ningún momento porque, por raro que parezca, los ojos de Wes sobre ella era algo que su cuerpo no podía pasar por alto. No dejaba de erizarle, de llamarle ni de tratar de conectarse, pero Claire seguía fingiendo que estaba cómoda en esa posición donde sus muslos se veían en casi su totalidad y el trasero comenzaba a dolerle.

Pasó a jugar con sus anillos y después decidió llevar su atención a la gata que dormía justo encima del reproductor de música de Wes que estaba justo en la esquina, porque sabía, se conocía; sabía que si lo miraba las mejillas iban a dolerle, su cerebro se iba a parar y las lágrimas se verían obligadas a salir como si hubiesen pasado años retenidas.

Lo escuchó suspirar y por poco pensó que Wesley se había cansado de esperar. Deseó que fuese así, para que la dejara en paz y se fuese a dormir así ella podría irse donde Silver como tenía planeado o quizá darse un baño de madrugada en el cual llorar sin preocupación de que alguien le llamara la atención.

—¿No vas a dormir? —murmuró él después. Tan bajo como si se le hubiese escapado y ella de inmediato negó, con la esperanza de que no volviese a preguntar algo.

Lo vio de reojo y él asintió. Se puso de pie como si le costara mucho esfuerzo a hacerlo pero no se movió más.

—¿Podrías mirarme?

Claire negó de nuevo.

—¿Vas a quedarte ahí toda la noche?

—¿Es una opción? —las palabras se le escaparon.

—¿Por qué no me reclamas? ¿Por qué no me golpeas? ¿Por qué no solo... hablas?

—¿Y eso serviría de algo?

—¿Eso haremos? ¿Hablarnos con preguntas?

—Trato de pensar.

—Claire—se acercó, hincándose frente ella para poder estar a su altura y trató de hacer que le mirara pero falló—. ¿Quieres resolver esto?

Todo lo que quiero [ACR #2]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ