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LA GRAN MANSIÓN DEL CONSEJO era un lugar enorme de reposo para los Ángeles de la Muerte Prematura, así como el lugar en donde rendían cuentas directas de sus actos en el mundo físico

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LA GRAN MANSIÓN DEL CONSEJO era un lugar enorme de reposo para los Ángeles de la Muerte Prematura, así como el lugar en donde rendían cuentas directas de sus actos en el mundo físico.

Cuando Reishack puso un pie en el piso espléndido de mármol, observó con cierto desdén las bóvedas magníficas a cientos de metros por encima de su cabeza, así como a las enormes y límpidas escalinatas; en especial aquellas que empezaban cada una en el lado opuesto del recibidor y se unían luego en el centro, conduciendo a un pasillo interminable.

La increíble iluminación, como si la luz de un sol alumbrase la mansión desde adentro, coloreaba cada tapiz, cada escultura y cada pintura prendada a la pared.

Él siempre intentaba evitar entrar en aquel lugar repleto de luz, de alegría; de ángeles bravucones que todo el tiempo intentaban enseñarle algo acerca de la vida, que conversaban con él y lo trataban como a un crío. No obstante, en realidad lo era, se trataba del ángel más joven de todos; antes de él, el Omnipotente no se había animado a crear un nuevo ser divino, habían tenido que pasar milenios antes de que tomara el pléroma a su servicio.

«Aquella gloriosa noche millones de ángeles de todas las categorías se abarrotaron sobre la tierna alfombra de nieve, bajo la luna llena. Observaron con inmenso amor y respeto como el supremo creaba a uno más, el último de los Ángeles de la Muerte Prematura. El más agraciado en cuanto a virtudes, el más venerado por todos, al más amado y esperado ángel que hubiese existido.

Los demás ángeles estaban exultantes de gozo, sabían que, si Dios había resuelto crearlo, seguro sería para alguna causa en especial; tendría que ver quizás con un nuevo plan divino.

Fue entonces llamado Reishack, y Reishack significó: «El que trae gloria y esperanza divinas». Sus ojos eran violetas, todo pupilas; los cabellos negros y lacios; rasgos refinados y hermosos; la piel blanca.

El hielo y la luna lo apadrinaron aquella noche celestial y dieron una cálida bienvenida al emisario divino.

Pronto, Reishack tuvo la edad suficiente para que se le asignara un maestro y este resultó ser Adonía, uno de los ángeles más viejos del mundo. Nadie, ni siquiera él, recordaban con exactitud la fecha de su creación, solo que había sido arrullado por los elementos del río y de la borrasca. Por tal se le consideraba como uno de los ángeles más poderosos e incorruptibles de todos.

Adonía fue un gran maestro, enseñó a Reishack dones que los demás no poseían y constantemente le obsequiaba otros tantos que el creador ordenaba.

Antes de que Reishack cumpliera diez años ya tenía a su alcance la mayor parte de los conocimientos básicos y avanzados que los más doctos y veteranos conocían. Y para esas alturas ya todos sabían a la perfección que aquel ángel joven era especial y que se encontraban frente al nuevo favorito del creador.

Reishack - El último ángel de la muerte prematura [Serie Reishack 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora