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EL JOVEN ÁNGEL SALUDÓ A TODOS CON esfuerzos sobrehumanos

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EL JOVEN ÁNGEL SALUDÓ A TODOS CON esfuerzos sobrehumanos. Aunque agradecía que las muestras de afecto fueran inexistentes, aún permanecían los destellos de cordialidad y sonrisas fingidas. Algunos ángeles de la muerte lucían siempre risueños y poseían miradas bondadosas, pero esto no era una regla en general, también se había topado con ángeles con rostros como de muertos, ángeles que no expresaban nada.

Goliat aleteaba a su alrededor, las esferas de luz que sobrevolaban por todo el recinto como luciérnagas. A él lo reconfortaba tanta luz, tanta belleza. Siempre le habían parecido agradables; de hecho, todo en aquel lugar le parecía cálido y acogedor.

Ningún ángel tornó la vista a la espada que Reishack tenía adherida a su espalda. De esta forma, el chico pudo pasar desapercibido, sin problema alguno.

La Gran Mansión del Consejo era enorme, y lo parecía aún más para un ángel como él, de menor categoría. Los ángeles de la muerte prematura más doctos y sabios tenían en su poder las llaves que abrían todas y cada una de las puertas tridimensionales que se esparcían por cada rincón de la mansión. Por supuesto, para los ángeles como él, no quedaba más remedio que caminar, pues era una medida de seguridad la que requería que ellos no pudieran utilizar su capacidad de teletransportación propia.

Para Tatsurou, todo aquel desfile de colorido y de luminiscencia, de ángeles perfectos con rostros de mármol, era fascinante. Cada objeto en el que fijaba la vista le parecía impresionante.

Siempre que tenía la oportunidad de seguir a un nuevo dueño se aseguraba de vivir, aunque sea en parte, la misma vida de su propietario. Y este ángel no era la excepción; su mera existencia era maravillosa. Pensó que quizás todos los años de insoportable aburrimiento habían valido la pena, si eran el pago de poder vislumbrar todos aquellos misterios y secretos que en vida tanto había estado buscando. Y se aseguró a sí mismo, contento, que había vivido tanto tiempo únicamente para estar ahí algún día, en la Gran Mansión del Consejo Angélico. De manera que sonrió para sus adentros, imaginando lo que le faltaba por descubrir.

Todo parece estar muy tranquilo, murmuró Goliat.

Reishack no hizo ningún comentario, pero sus ojos se estrecharon. Silencioso como la noche, siguió su camino a través de las escalinatas de mármol reluciente, traspasando las puertas enormes de caoba oscura.

Tenía la esperanza de que, al pisar el suelo de la mansión, se encontraría con una algarabía confundida de ángeles que, al igual que él, también habían tenido una confrontación como la suya. Pero algo le decía que, en realidad, el dragón había ido única y exclusivamente por él.

Lenta, muy lentamente, Tatsurou se alejó de ellos, solo unos pasos. Ladeó la cabeza por el marco de una puerta entreabierta y curioseó un rato. Las habitaciones parecían sacadas de un castillo inglés. Había alfombras inmaculadas con grabados elegantes. Los muebles estaban hechos de madera reluciente y nítida. En cada rincón se podían encontrar lámparas de deliciosa ornamente y al fondo un imponente librero dejaba ver cientos de títulos reconocidos y otros tantos ilegibles; al menos para Tatsurou.

Reishack - El último ángel de la muerte prematura [Serie Reishack 1]Where stories live. Discover now