💧Capítulo 05💧

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Me miro en el espejo mientras me ato mi cabellera castaña. Tal como hedicho ayer, hoy a amanecido lloviendo, lo cual me parece perfecto, me gustamucho entrenar con lluvia. Me he puesto un pantalón de buzo gris con líneasnegras, por arriba un top deportivo negro y mis zapatillas son negras conlíneas blancas.

Bajo corriendo las escaleras, mi padre me lanza una manzana, la cual la tomo en el aire, ambos caminamos hasta el campo de entrenamiento, ahí ya se encuentran tres soldados, uno más grande que el anterior.

—Primer luchador al centro — grita mi padre y un hombre de buen cuerpo se acerca — lo harán como entrenamiento, solo golpes tranquilos, quiero ver como estas.

Le entrego mi manzana a medio comer y me acerco al hombre, baja su mirada hasta donde me encuentro, es bastante más alto que yo.

—Si la llego a lastimar, me hará saber ¿de acuerdo? — asiento con la cabeza.

Mi padre da la señal de que empiece el enfrentamiento. Doy golpes, patadas, pero él me los frena todos. Pelear con un soldado va a ser más difícil que con un alumno. Ambos nos damos buenos golpes, pero no le logro hacer ningún daño, lo cual me molesta un poco.

—¡Alto! — el grito de mi padre me toma desprevenida, no alcanzo a frenar la patada que le he dado, él también se ha distraído, asique no llega a parar mi ataque, el cual le llega al lado derecho de su cabeza, lanzándolo al suelo.

—Lo siento mucho — corro a su lado, él me da una sonrisa divertida y me dice que tengo buena fuerza en las piernas.

—Bien, ahora todo vale y serán dos los que van a ir contra ti, si veo que vas bien, enviare al tercero.

Da la orden y ellos se lanzan con todo hacia mí. Primero tengo que ver bien sus fuertes y sus debilidades. Ambos son hombres muy grandes, los que los hace lentos, pero de una fuerza increíble. Esquivo muchos golpes críticos. Ya es hora de pelear. Corro hasta su dirección, me impulso para saltar en uno de ellos y tomo desprevenido al segundo, al cual lo tomo de la cabeza y lo llevo directo al suelo, rápidamente de enderezo, me giro sobre mí misma y golpeo el rostro del siguiente. Ambos me miran con unas sonrisas lobunas, se miran entre sí y se lanzan una vez hacia mí, pero esta vez, con más determina miento. Le hago una zancadilla al que está más cerca de mí y al otro le lanzo un golpe en la cara, pero me toma la mano y me lanza con fuerza hacia atrás suyo, antes de caer, estiro mis brazos para que mi rostro no alcance a llegar al suelo, ellos ríen cuando levanto la mirada, le muestro mis dientes de loba y corro hasta ellos, comienzo a repartir golpes y a recibirlos.

La lluvia se hace aún más fuerte, lo que causa que sienta mi poder interno con ganas de salir. Se pelear muy bien con su ayuda, pero estando mi padre aquí, no lo puedo utilizar, además, me da mucho miedo que me descubran, eso sería el destierro enseguida... o mi muerte.

Uno de ellos me golpea en el abdomen, lo que causa que pierda el equilibrio y termine en el suelo, me llevo la mano a la parte lastimada y me los quedo viendo, sé que a estas alturas mis ojos ya se han puestos amarrillos, pero no soy buena peleando en mi estado lobuno, asique no puedo transformarme, eso sería, para que mi padre se dé cuenta que sigo siendo una loba dañada.

Tomo un palo que hay a mi lado, corro hasta donde ellos están, les golpeo a los dos las piernas, haciendo que se tambaleen un poco, luego les lanzo una patada a uno directo en las costillas y al otro le tomo la cabeza, la cual la estrello con la mía. Me limpio la sangre de mis labios cuando alguien me toma de la cintura, levantándome y tomándome prisionera, es el hombre con el que pelee primero, cuando nuestros ojos conectan, me sonríe y yo le muestro mis dientes.

No me logro liberar de su agarre y me empiezo a desesperar, ya que los otros dos se están recuperando. Siento como el agua golpea mi rostro, pero también como fluye por debajo de la tierra, observo a mi padre, está mirando a unos soldados que se les han acercado. Este es mi momento. Hago que el agua debajo de los pies del hombre, se haga una poza, este queda empapado rápidamente y discretamente, formo una mano de agua, la cual lo toma del tobillo y lo atrae al suelo con fuerza, este suelta un poco el agarre, lo suficiente para que le lance un golpe en las costillas, haciendo que me suelte, me doy la vuelta, le tomo el rostro y lo golpeo con mi nuca, luego me giro con fuerza, pero lanzando una patada, haciendo que termine en el suelo. Los otros dos ya vienen corriendo hacia mí, pero no alcanzan a llegar, pues formo grandes pozas de agua en sus pies y eso causa que pierdan el equilibrio, tomo el palo de antes, los golpeo a ambos con este, luego paso a tomarles a ambos los brazos y los lanzo lejos, uno de ellos se golpea en un árbol mientras que el otro cae a los pies de mi padre, el cual deja de hablar con el soldado, que me ha quedado viendo con una sonrisa.

Una persona más atrás me llama la atención, es Leo con Martín, ambos observándome con mucha atención ¿llevaran mucho rato ahí? ¿se habrían dado cuenta de lo que hice? Gracias a esos nervios, mis ojos y mis dientes vuelven a la normalidad. Pego un brinco cuando alguien deja su mano en mi hombro.

—Serás una buena luchadora Arya — ríe el primer soldado — estaré feliz de luchar a tu lado en un futuro.

—Lo mismo digo — ríe otro — me has dado un buen golpe en la cabeza jovencita — y se la toca.

—Lo siento mucho — susurro rápidamente.

—No pidas perdón, nosotros no hemos luchado con mucha delicadeza — ríen los tres — y, aun así, nos has pateado el trasero.

Ellos siguen hablando mientras se acercan a mi padre, pero no son los únicos, ambos jóvenes ya están delante de mí, observándome con demasiada atención.

—Su hija, es buena luchando — Leo mira a mi padre, el cual se ha puesto tenso.

—Lo mismo he notado con el enfrentamiento de hoy... — me da una rápida mirada — ve a cambiarte Arya, te puedes enfermar así.

Me muerdo el labio, me despido de las tres personas y me marcho a casa, puedo sentir sus miradas en mi espalda, lo que hace que tenga que mantener toda mi atención en como debo caminar, así no se me van los pies.

Al llegar a la puerta de casa, dejo que una sonrisa aparezca en mis labios, levanto la mirada al cielo, dejando que las gotas golpeen con fuerza mi rostro. Le he demostrado a mi padre que soy buena luchando y sus soldados me han tomado muy enserio.

Siento que alguien me mira, giro mi cabeza y me encuentro con los ojos fijos de uno de los soldados de Leo. Me enderezo y entro a mi hogar.

Loba del AguaWhere stories live. Discover now