💧Capítulo 15💧

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Han pasado cinco días ya, Leo no me ha dejado salir de la habitación mucho rato y mucho menos ir fuera, me ha ayudado en todo momento y gracias al descanso, he ido recuperando todas mis fuerzas. Estos días Leo ha estado trabajando con su puerta abierta, mientras yo me encuentro tendida en la cama, o algunas veces se acuesta a mi lado con documentos en mano, enseñándome todo lo que necesito saber de las finanzas de la manada. Tiene dos empresas, ambas muy reconocidas, las cuales le dan suficiente dinero como para mantener a todos.

—Dentro de unos días vendrá un camión con insumos — susurra mientras me muestra su móvil, en el sale las cosas que vendrán en las cajas para cada familia, todas con diferentes necesidades — solo viene una vez al mes, asique siempre pedimos un poco más.

Me acomodo un poco, lo cual causa que suelte un pequeño quejido, Leo rápidamente me toma de los brazos y me ayuda.

—No me gusta estar así.

—Es el precio que pagas por abusar.

—He salvado a esos niños, asique no me arrepiento de nada.

—Y me alegro mucho de que lo hayas hecho, pero debes tener mas cuidado, no puedes exigirte mucho.

Pongo los ojos en blanco, no es la primera vez que tenemos esta conversación desde aquel día.

—Y no me hagas ara Arya — lo observó, tiene una sonrisa de medio lado — ya se que te tengo cansado con todo esto, pero es verdad y lo sabes.

—Bien, prometo que en un futuro no voy a ir más allá de mis límites.

Asiente con la cabeza, satisfecho de mis palabras. El chico se acomoda en la cama y prende la televisión que ha mandado a poner justo delante de nuestro, comienza a buscar alguna serie o película para que miremos, lo hemos hecho varias veces... y siempre se queda dormido.

—Algunos han estado preguntado por ti, quieren saber si es que te encuentras bien por todo lo que ha ocurrido...

—Imagino que piensan que debido a lo que paso, me he asustado y por eso ahora me encuentro día y noche dentro de la casa.

—No, ellos saben que has salido lastimada... te mandan saludos y esperan que te recuperes pronto. Todos te extrañan ahí fuera.

—Dudo mucho que sean todos.

—¿Por quien lo dices? — me observa de reojo.

—Olvídalo — susurro — espero que mañana ya me encuentre mejor, me cansa estar todo el día, tendida en una cama, no puedo ir al baño tranquila... y me incomoda que me ayuden en la ducha.

El chico ríe, me lo quedo viendo, me gusta cuando sonríe. Alguien golpea la puerta de la habitación, Leo da la indicación de que entren, Martin cuando nos ve juntos, sonríe y eso causa que me sienta incomoda.

—Los han venido a visitar.

—¿Quién?

—Su abuela señor.

El chico lanza un suspiro cansado, se pone de pie, me ayuda a ponerme unos zapatos de casa, me toma del brazo parra que me pare y tomados del brazo salimos de la habitación. Avanzamos lentamente hasta llegar a las escaleras, Leo no me ha dejado ni estar en el balcón, pues según él, esta helado, pero a mi me gusta estos climas, sobre todo cuando llueve.

—No te puedo ver niño, pero sé que has puesto mala cara cuando te han dicho que yo estaba aquí abajo — la anciana viene acompañada, la chica nos mira fijamente, en sus ojos puedo ver tristeza — hola mi niña ¿Cómo has seguido?

—Espero estar mejor mañana, ya no quiero estar más encerrada.

Ella sonríe, caminamos hasta el living, el chico me ayuda a tomar asiento y pregunta si es que alguien quiere tomar algo.

Loba del AguaWhere stories live. Discover now