#Genzo y Flor: Un nuevo comienzo.

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Pareja: Genzo y Flor.

Narrador omnisciente:

-Flor Diaz miraba por la ventana del avión, viendo cómo el cielo se teñía de naranja y rosa. Estaba nerviosa y emocionada a la vez. Acababa de firmar un contrato con el Bayern Munich femenino, uno de los mejores equipos de Europa. Era un sueño hecho realidad para ella, que desde pequeña había amado el fútbol y había demostrado su talento en Japón.
Pero no estaba sola en ese viaje. A su lado, dormía plácidamente Genzo Wakabayashi, su novio y también portero del Bayern Munich masculino. Él había sido el que la había animado a aceptar la oferta, diciéndole que era una oportunidad única y que él estaría con ella para apoyarla. Genzo ya llevaba tres años viviendo en Alemania, y había logrado adaptarse al estilo de juego y de vida europeo. Era considerado uno de los mejores arqueros del mundo, y había ganado varios títulos con su equipo.

Flor sonrió al ver su rostro tranquilo. Lo amaba con todo su corazón, y se sentía afortunada de tenerlo a su lado. Se conocían desde que eran adolescentes, y habían sido rivales en el fútbol. Pero con el tiempo, su relación fue cambiando, y se dieron cuenta de que sentían algo más que amistad y desde entonces eran inseparables.
Flor se acurrucó junto a él, y cerró los ojos. Pronto llegarían a su nuevo destino, y empezarían una nueva etapa de sus vidas. Estaba segura de que juntos podrían superar cualquier obstáculo, y ser felices.

10 horas después:

-Genzo despertó al sentir que el avión aterrizaba. Abrió los ojos, y vio a Flor durmiendo en su hombro. Le dio un beso en la frente, y la llamó suavemente:

Genzo: Flor, amor, ya llegamos-Avisó.

-Flor abrió los ojos, y se estiró. Le sonrió a Genzo, y le dio un beso en los labios:

Flor: ¿Ya estamos en Alemania?-Preguntó media dormida.

Genzo: Sí, vamos a recoger nuestras maletas y a salir-Respondió con una sonrisa.

-Los dos se levantaron, y tomaron sus cosas. Siguieron a los demás pasajeros, y salieron del avión. Genzo tomó la mano de Flor, y la guió hacia la salida. Allí los esperaba un coche con el escudo del Bayern Munich, que los llevaría a su nuevo hogar:

Genzo: Bienvenida a Alemania, Flor. Espero que te guste este país-Mencionó.

Flor: Gracias, Gen. Estoy segura de que me va a encantar, sobre todo si estoy contigo-Contestó sonriendo levemente.

-Los dos se subieron al coche, y se dirigieron a la ciudad. Genzo le iba explicando a Flor algunas cosas sobre la cultura, la historia y la geografía de Alemania. Flor le escuchaba atentamente, y le hacía preguntas. Estaba ansiosa por conocer su nuevo entorno, y por empezar a entrenar con su equipo.
Llegaron a un edificio moderno, donde Genzo tenía su apartamento. Era amplio y luminoso, y tenía una vista espectacular de la ciudad. Genzo le mostró a Flor las diferentes habitaciones, y le dijo que podía elegir la que más le gustara. Flor se quedó con la que tenía un balcón, y empezó a desempacar sus cosas. Genzo la ayudó, y le dijo que se sintiera como en su casa:

Genzo: Te quiero, Díaz. Estoy muy orgulloso de ti, y de todo lo que has logrado-Comentó sinceramente.

Flor: Yo también te quiero, ganso. Gracias por estar conmigo, y por apoyarme en todo-Agradeció llena de amor.

-Los dos se abrazaron, y se besaron. Se miraron a los ojos, y sintieron que no necesitaban nada más. Estaban juntos, y eso era lo que importaba.

Al dia seguinte:

-Flor y Genzo fueron al estadio del Bayern Munich, donde se presentarían a sus respectivos equipos. Genzo ya conocía a sus compañeros, y los saludó con cordialidad. Flor, en cambio, estaba nerviosa por conocer a las jugadoras del equipo femenino. Se preguntaba si serían amables con ella, y si se adaptaría al nivel de juego.
Genzo la tranquilizó, y le dijo que confiara en sí misma. Le dio un beso de despedida, y le deseó suerte. Flor le agradeció, y se dirigió al vestuario donde la esperaba el entrenador. Allí se encontró con las demás jugadoras, que la recibieron con una sonrisa. Le dieron la bienvenida, y le dijeron que estaban felices de tenerla en el equipo. Flor se sintió aliviada, y les agradeció. Se presentó, y se puso la camiseta del Bayern Munich. Se sentía emocionada por vestir esos colores, y por jugar con esas chicas.

Salieron al campo, y empezaron el entrenamiento. Flor se esforzó al máximo, y demostró su habilidad como guardameta. Sus compañeras quedaron impresionadas con su técnica, su velocidad y su visión de juego. El entrenador también la elogió, y le dijo que tenía un gran potencial. Flor se sintió feliz, y agradecida. Se dio cuenta de que había hecho una buena elección, y de que ese era su lugar.
Después del entrenamiento, Flor se duchó, y salió del vestuario. Allí la esperaba Genzo, que había terminado su sesión con el equipo masculino. La abrazó, y le preguntó cómo le había ido:

Flor: Muy bien, Gen. Las chicas son muy simpáticas, y el entrenador me ha felicitado. Me he sentido muy cómoda, y he disfrutado mucho-Relato con tranquilidad.

Genzo: Me alegro, amor. Te lo mereces. ¿Qué tal si vamos a celebrarlo? Podemos ir a comer algo, y luego a dar un paseo por la ciudad-Consultó con una sonrisa.

Flor: Me parece perfecto, Gen. Vamos-Aceptó.

-Los dos se tomaron de la mano, y salieron del estadio. Caminaron por las calles, y vieron los monumentos, los parques y las tiendas. Genzo le iba contando algunas anécdotas y curiosidades sobre la ciudad. Flor le escuchaba con interés, y le hacía comentarios. Estaba fascinada por todo lo que veía, y por todo lo que aprendía. Se sentía como una turista, pero también como una ciudadana.
Pararon en un restaurante, y pidieron comida típica alemana. Comieron con gusto, y brindaron por su futuro. Se rieron, y se contaron sus planes y sus sueños. Se sentían felices, y optimistas. Sabían que les esperaban muchos retos, y muchas aventuras. Pero también sabían que los afrontarían juntos, y que se apoyarían mutuamente. Eran un equipo, y un par de enamorados.

Se miraron a los ojos, y se dijeron te amo. Se besaron, y se abrazaron. Se sintieron afortunados, y agradecidos. Habían encontrado su lugar en el mundo, y su lugar en el corazón del otro.










































-Y así comenzó un nuevo capítulo en la vida de Flor y Genzo en Alemania.


















































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