nuestras noches; juani x francisco

epílogo

Fran

    No sabía si le gustaban las velas. Quería que fuera todo perfecto pero no sabía si le gustaban las velas y era fundamental. Por las dudas, compré doce. Ahora que había conseguido trabajo podía hacerle todos los regalos que quisiera, y quería hacerle muchos.

   Recién cumplíamos tres meses juntos, pero nuestra relación era tan intensa que cada día parecía un mes. Me encantaba eso porque me hacía sentir querido y era algo que buscaba hacía mucho tiempo. Por eso, esa cita tenía que ser perfecta. Y también porque quería pedirle que sea mi novio. Sabía que a Juani le daban igual las etiquetas, que yo era más romántico que él pero necesitaba poder hablar de nosotros en esos términos.

    No convivíamos formalmente, sin embargo desde que habíamos vuelto de Mar del Plata él dormía en mi departamento o yo en el suyo, por lo que en mi mente teníamos una especie de convivencia implícita. Esa noche Juani venía al mío así que puse las velas, apagadas por las dudas, en la mesa del living y algunos pétalos de rosas que terminé sacando porque me parecía demasiado. Cuando llegó sonaba una playlist de música indie que me olvidé de sacar, aunque creo que le gustó, siempre decía que lo alternativo era parte de mi vibra y a mí me gustaba creerlo.

―Qué lindo todo esto, amor ―dijo cuando vió la decoración y me abrazó durante algunos minutos. Me gustaba cuando se le hacía tarde para bañarse en su departamento y tenía que usar mi ducha, me hacía sentir más en casa. Ese día también pasaría eso porque olía a acrílico y barniz―. Cuántas velas.

―No las quise prender porque no sabía si te gustaban.

―Me encantan, gordis.

   Sonreí porque el hecho de que se le pegaran mis palabras me daba ternura. Lo besé y lo mandé a bañarse mientras terminaba de preparar la cena. Prendí las velas y puse las pastas en el agua hirviendo. Cuando salió me senté sobre sus rodillas y moldeé sus rulos con mis manos, sabía que él amaba que hiciera eso.

   Estuve callado durante toda la cena, cuando estaba ansioso no podía hablar ni escuchar a los demás y respondía a la conversación de Juani con sonrisas o monosílabos. Finalmente él me hizo dejar el tenedor y me dijo:

―¿Qué te pasa, Fran?

―Quiero hablar con vos sobre algo y tengo un poco de miedo.

―Podés decirme lo que sea, tranqui.

   Asentí y tomé aire, quería mirarlo a los ojos pero era mucho más fácil hablar si miraba mis manos. Pensé en hacer una introducción y decirle algo lindo antes, pero con los nervios que tenía iba a ser imposible así que omití esa parte y directamente fui al punto.

―Quiero que seamos novios.

   Él se rió, se acercó a mí y me dio un beso corto.

―¿Por eso estabas tan nervioso?

―Sí.

―¿Y pensás que te puedo llegar a decir que no? Si sos lo mejor de mi vida.

―Pensé que no te interesaban esas cosas.

―Pensé que ya teníamos asumido que éramos novios, pero si necesitas que lo confirme obviamente quiero.

   Me agarró la mano y tiró para que me levante. Me molestaba mucho dejar las cosas sin lavar y tener que limpiarlas al otro día, sin embargo lo dejé pasar porque me había dicho que quería ser mi novio y sentía oleadas de emoción en mi estómago que me hacían pensar que nada ajeno a él era tan importante. Era hermoso estar enamorado, y mucho más de una persona que me valoraba y me cuidaba como hacía Juani.

   Me llevó a la cama y con decir que el colchón nos quedó enorme creo que resumo bien lo que pasó. Después nos quedamos acostados y abrazados abajo de las sábanas durante mucho tiempo, yo le acariciaba el pecho y él me hacía mimos en el pelo.

―Hubiera sido tierno si nuestra primera vez juntos hubiera sido hoy ―comenté ―como una forma de concretar la relación.

   En realidad también me gustó el día que pasó, cómo había jugado con la pintura sobre mi cuerpo sin que le importara ensuciar sus sábanas, la forma en la que me hacía cosquillas con el pincel sólo para decirme que amaba mi risa y la lluvia golpeando la ventana, acompañándonos toda la noche.

―A mí me pareció bien cómo se dió, fue cuando tuvo que ser ―respondió ―ya te amaba ese día.

   Me senté y prendí el velador para poder mirarlo a los ojos.

―¿Qué?

―Fran, ¿por qué te sorprende todo?

―Porque nunca me lo dijiste.

―¡Porque es obvio! Dejé a Lola por vos, estuve peleado unas semanas con mi familia cuando les conté sobre nosotros, basé todo mi arte en tu esencia, ¿creés que hubiera hecho algo de todo eso si no te amara?

―Decimelo.

  Se movió para quedar arriba mío y estuvo mirándome unos segundos, sabía lo mucho que le gustaban mis ojos así que hice un esfuerzo para intencionar la mirada y darle ternura.

―Te amo.

―Yo también te amo, bebé ―dije―. Gracias por aparecer en mi vida y llenarla de amor y cosas hermosas.

   Me besó y estoy seguro que hizo brillar mucho más a las estrellas.

   Podría haber elegido cualquier otra noche para terminar de contar nuestra historia porque todas fueron igual de significativas pero las historias tienen un final, y creo que el principio de nuestro noviazgo fue lo contrario; un inicio sin fin que sintetizó lo hermoso que fue y es estar juntos.

    Antes de Juani yo no era un gran amante de las noches, me producían angustia y me parecían sombrías, no entendía cómo había personas que preferían ese momento del día, creía que todo lo feo pasaba de noche. Pero entonces lo conocí y él se encargó de cambiar mi perspectiva: yo le dí el brillo del sol y él me dió a cambio la órbita de la luna y la luz de las estrellas. Convirtió las noches en algo íntimo y tan nuestro que podría haber renunciado a ver la luz del día con tan de pasar un rato más a su lado. Y sé que él hubiera hecho lo mismo por mí.

   Habíamos encontrado en todas las noches que compartimos ese "nuestro" en tanto suyo y en tanto mío.

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Por momentos odié y por momentos amé escribir esta historia y me hubiera gustado que fuera más larga pero siento que orgánicamente llegó al final. Mil gracias por votar, por los comentarios hermosos y por el tiempo que le dedicaron a leerla 💕