Capitulo 06.

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Estaba en mi cuarto aún aturdida por lo sucedido. Debo decirle a Elizabeth. Ella podría decirme lo que Harry trataba de decirme, porque después de todo, tenía más experiencia con los muchachos que yo.

Con vacilación, salí de mi cuarto con mucho temor, acercándome lentamente a la puerta del cuarto de Elizabeth, di unos cuantos golpes tratando de hacerlo con ritmo, pero fracase terriblemente. Esperé uno segundos hasta que ella abrió la puerta y me miró de arriba abajo antes de hablar.

—¿Qué quieres? —dijo entre dientes.

—Ayuda —susurré tímidamente. Elizabeth parecía estar tan descuidada. Su cabello rubio atado en una despreocupada coleta de caballo, vistiendo solamente pantalones vaqueros holgados y una enorme sudadera.

—Adelante —murmuró abriendo la puerta permitiéndome así el paso. Tirando hacia abajo mi falda me senté en unos de los extremos de su cama esperando a que no se monte arriba mío—. ¿Por qué no se lo pides a Harry? Estoy segura de que puede ayudarte.

—Se trata de él, en realidad. —Me sonrojé al decir esas palabras, miré hacia abajo y jugueteé con mis dedos.

—Está bien. —Se encogió de hombros dirigiéndose hasta su armario para coger un mameluco negro—. ¿Con qué necesitas ayuda?

—Bueno —tararee al hablar— Supongo, que estoy algo confundida. —Vi como Elizabeth se desasía de su ropa frente a mi sin pudor alguno.

—¿Acerca de sus clases de matemática? ¿No es eso lo que te enseña o algo así? —preguntó ella, cambiando su ropa interior por un conjunto negro de encaje a juego con un sujetador.

— No —le contesté—. El besó mi mejilla esta tarde.

—¿Y? —cuestionó— Eso no tiene nada de malo. Aún existen personas decentes en este mundo, lo creas o no, Evelyn. —Liz puso su ropa interior en su lugar y estrecho su sujetador.

—En el avión en mi camino de regreso al Reino Unido, depositaba pequeños toques sobre mi muslo —continué.

—Una vez más —repitió Elizabeth— Sólo es un gesto de agrado, Harry está tratando de ser amable contigo. No se me hace extraño que nadie sea tu amigo, maldita sea, no puedes comprender que a veces las personas son buenas.

—Entonces, ¿qué significa cuando se cubre la entrepierna? —pregunté avergonzada e ignoré su grosero lenguaje hacia mí.

—Tal vez él tiene herpes. —Elizabeth se encogió de hombros, poniéndose el un body de cuerpo entero negro y volteándose a mirarme con un visible ceño fruncido en su rostro.

—Oh —murmuré— ¿Qué significa si esto, uh, como que se pone más grande? —Sentí mis mejillas arder al rojo vivo por la vergüenza, giró su cabeza en mi dirección y me miró con los labios fruncidos.

—¿Su polla? —preguntó, desasiéndose de su coleta de caballo y dejando su pelo suelto al nivel de su hombro.

Sí. —Asentí con la cabeza. Si esa era la manera en la cual lo llamaban.

—Mierda. —Sonrió— ¡Harry piensa que eres caliente!

—¿Qué? No. —Negué con la cabeza.

—Cierra la boca Evelyn, él quiere follarte. —Elizabeth sonrió y sus ojos abiertos en exceso tenían un ligero brillo.

—¡Eso no es una buena cosa, Liz! —me quejé —. No soy como tú.

—¿Y qué se supone que soy? ¿Una puta? Tan solo me gusta el sexo, y si me estás juzgando por aquello, puedes irte. —Rodó sus ojos, sentándose con aires de superioridad y arreglando su maquillaje.

Novice [h.s]Where stories live. Discover now