Capitulo 11.

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Me desperté sintiendo una presión inusual en mi espalda baja. Traté de acomodarme pero los brazos de Harry me lo impedían. Eché una mirada a mi despertador, notando que los números iluminados eran 0-5-4-7. Definitivamente no quiero ir a la escuela hoy, pero incluso si finjo estar enferma, mis padres me matarían.

—Harry —tarareé e hilarantemente traté de empujarlo lejos de mi cuerpo sudoroso—. Harry.

—Hmm —gruñó, acercándome a su pecho y arrimando su nariz en mi cuello.

—Mi despertador suena como diez minutos. —Me reí y sentí mi estómago gruñir.

—Entonces ven aquí. —Harry sonrió.

—No puedo porque tus brazos me encarcelan —bromeé. Harry respondió aflojando su agarre en mí. Me di la vuelta y vi que la presión que estaba hurgando mi espalda era de la erección de Harry— ¿En serio?

—Sucede todos los días. —Harry rió—. Excepto que esta vez en realidad estás aquí.

—¿Qué quieres decir? —pregunté y observé su soñoliento rostro.

—Mataría para que te quedases a dormir. —Harry frunció el ceño, tomando mi mano entre las suyas y jugando con mis dedos—. Para que estemos juntos sin la posibilidad de meterme en problemas con tus padres quienes podrían implicar a la ley.

—Podemos estar juntos. —Sonreí para tranquilizarlo. —No podemos decirle a mucha gente.

—Ese es el problema. —Harry resopló—. Cada vez que mi madre o hermana pregunta si tengo a alguien especial en mi vida, tengo que decir que no.

—Bueno, no tienes —respondí—. No estamos saliendo, ¿recuerdas?

—Evelyn —Harry gimoteó—. Deja de hacer esto difícil para mí.

—Sólo estoy diciendo la verdad, Harry —comenté—. No estoy tratando de ser estricta y no estoy diciendo que no estoy de acuerdo contigo, pero somos sólo amigos con beneficios. —Traté de ocultar la tristeza en mi voz. Me siento como un objeto y amigos con beneficios no es la mejor etiqueta para una colegiala que es una «remilgada».

—Eres más que una compañera de sábanas. —Harry rodó los ojos—. No te rebusqué solo por el hecho de querer meterme en tus pantalones.

—Harry. —Entrecerré los ojos.

—Bueno, está bien. —Suspiró—. Lo hice. Pero también porque tenía un flechazo enorme por ti. No quería solo follarte, joder.

—Deja de maldecir. —Rodé los ojos—. Pero, gracias.

—Soy lo bastante grande para maldecir. —Harry me sacó la lengua.

—¿Esa va a ser tu excusa para todo? —Reí y lentamente junté su mano con la mía.

—Tal vez. —Sonrió—. Probablemente deberías hablar con tu hermana para que me encubra.

—Buena suerte con eso. —Me reí—. Mis padres se levantan a las cuatro.

—¿Cuatro? —Harry abrió la boca—. Siquiera las aves están despiertas a esa hora.

—Mi puerta está cerrada y van a venir aquí en unos cinco minutos para despertarme.

—Voy a esconderme en tu armario, ¿de acuerdo? Diles que no te sientes bien y por favor, ¡pídeles por un día de descanso! Realmente quiero estar contigo hoy. —Harry hizo un puchero.

—Te das cuenta de que tengo que ir a la escuela, ¿verdad? Podría hacer que Liz me respalde, sin embargo —me planteé en voz alta.

—¿Puedo obtener un primer beso? —Harry preguntó.

Novice [h.s]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz