Capitulo 07.

7.9K 454 169
                                    

—¿Qué? —tartamudeé, poniendo mis manos detrás de mí en el sofá para estabilizarme—. ¿Qué vas a hacer?

—Sólo échate sobre su espalda, Evelyn. Si quieres que me detenga, sólo dilo —Harry susurró con voz ronca en mi oído. Tragué saliva y asentí con la cabeza sin decir una palabra más. Me recosté en el sofá, cerrando los ojos a la ligera y sintiéndome nerviosa de lo que estaba por venir.

—No voy a hacer algo que no quieres que haga —Harry hablaba tranquilamente, descansando sus manos sobre mis rodillas y separando lentamente mis piernas—. Jamás te pondré en un lugar donde te sientas impotente.

» Sólo quiero que tu mente tome un descanso por un tiempo. Sin estrés. —Pasó sus manos por mis piernas vestidas, frotando por encima de mí mientras iba plantando besos tiernos en mi reluciente clavícula—. Sólo hacerte sentir bien.

—Está bien —tartamudeé, curvando los dedos del pie mientras su cálido aliento abanicó contra mi cuello.

—Voy a sacarte estos, ¿está bien? —preguntó Harry, tirando ligeramente mis jeans. Abrí los ojos y miré a la banda de mi mezclilla azul oscuro y temía lo que posiblemente quería hacer.

—¿Qué vas a hacer? —mi voz tembló al sentir piel de gallina en mis brazos y piernas.

—Voy a hacerte sentir bien, princesa —Harry respondió, la yema de sus dedos pulgares frotando círculos en la parte superior de los muslos.

—¿Haciendo qué? Nosotros no vamos a tener sexo... ¿verdad? —gemí, mirándolo, sentimientos de vergüenza y culpabilidad inundándome a través de mis venas. No puedo desobedecer a Dios.

—Por supuesto que no. — Harry negó con la cabeza, mirando atónito que incluso hablé esas palabras para él. —Voy a meterte los dedos.

—¿Cómo es que eso sea posiblemente placentero? —pregunté, mi nariz arrugándose con disgusto—. ¿Qué es eso?

—Yo te mostraré ahora mismo si me dejas. —Rió disimuladamente y se lamió los labios con avidez. — ¿Vas a confiar en mí para quitarse los jeans? Nada más, te lo prometo.

No.

—Sí, confío en ti —mentí, apoyando mi cabeza sobre el sofá y manteniendo los ojos cerrados mientras sus delgados dedos desabrochaban mis jeans, tirando de la tela áspera por mis espinosas piernas sin afeitar.

¿Tengo que afeitarme las piernas? Mamá me dijo que tengo que tener dieciocho años para hacerlo.

—Querido Dios —Harry gimió mientras mira hacia arriba en mi estado frágil— ¿Alguien te ha dicho que tienes un cuerpo radiante?

—No —murmuré en voz baja, mordiéndome el labio inferior cuando sentí el peso de Harry en el sofá. Sentí la sangre de mis mejillas calentarse con furia al sentir su aliento tibio golpeando mis muslos internos.

Nadie jamás ha dicho un cumplido sobre mi peso o cuerpo. Normalmente me insultan porque no tengo un espacio en el muslo o un cuerpo delgado. No tengo 110 libras, delgada, rubias, o tengo los ojos que Elizabeth dice que a los chico les gustan (pero una vez más, ella posee todas esas características).

—Cuerpo imperfectamente perfecto —murmuró, picoteando cada uno de mis muslos internos. ¿Era eso un cumplido?

Mi respuesta intuitiva era exprimir con rapidez mis muslos juntos, la sensación de hormigueo en mi estómago, y parecía que alguien había lanzado un fósforo encendido allí. ¿Quién diría que uno podría sentirse tan vivo en cuestión de segundos?

Nunca diría si hoy era aburrido y frío. De cualquier manera cuando salgo de la casa de Harry, voy a sentirme como si fuera verano de nuevo, pero más que eso. Harry es básicamente el verano que no llego a tener; sintiendo la intensidad al rojo vivo de calor y chispas revoloteando por todo mi cuerpo.

Novice [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora