Novice [h.s]

Capitulo 09.

Me desperté gracias a Harry quién me sacudió estando dormida en mi cama. Acabé de llegar a casa de la escuela hace una hora y ahora Harry de repente está en mi habitación cernido sobre mí.

—¿Qué? —murmuré y me froté los ojos aún con sueño.

—Es hora de tus lecciones. —Él formó en sus labios una sonrisa socarrona.

—Está bien. —Suspiré— Deja que me cambie.

—No —exigió Harry—. Me gusta tu uniforme escolar.

—Oh —tartamudeé—. Pero hace frío afuera.

—Llévate una chaqueta. —Se encogió de hombros— Por favor. Estoy realmente encendido en este momento.

—Eso no es mi culpa. —Fruncí el ceño y me senté, cruzando los brazos sobre mi pecho con fastidio.

—Eres tú quien me está frustrando sexualmente —Harry replicó infantilmente— Así que es tu culpa.

—Eres tan inmaduro —me quejé— ¿Por qué no puedes descargarte con Elizabeth o lo que sea?

—¿Qué? —preguntó Harry y frunció las cejas en confusión—. No estoy contigo sólo para meterme en tus pantalones, Evelyn.

—Sí, lo éstas. —Lo miré— Desde el primer día. Elizabeth me dijo que tu bulto significa que quieres tener sexo conmigo.

—Por amor a Cristo —Harry resopló con fastidio— ¿Hablas en serio en este momento? ¿Alguna vez has pensado que es tal vez porque yo tengo un pequeño flechazo por ti?

—Soy siete años más joven que tú —susurré y vi su expresión facial ir de la confusión a la debilidad.

—¿Por qué de repente cambiaste de opinión? —preguntó Harry, mordiéndose los labios en señal de frustración.

—Fui a la iglesia ayer —contesté—. Me he limpiado de mis pecados y no quiero repetirlos. O por lo contrario, el Señor nunca me perdonaría, Harry. Tú puedes odiarme todo lo que quieras, pero él no puede.

—Maldito Jesús —Harry maldijo—. Evelyn, admitiste que yo también te gustaba. Incluso me devolviste el favor... ¡No puedes hacer esto! ¿Te vas a poner contra mí?

—Por supuesto que no me pondré contra ti —comenté— Dios dice que puedo perdonar, pero no olvidar.

—Voy a ir a hablar con tu hermana —Harry amenazó— Tal vez ella pueda lograr que recobres el sentido. —Resopló, saliendo de mi habitación y llamando a la puerta de Elizabeth.

La oí abrir la puerta unos momentos después, intercambiando algunas palabras con Harry.

—¿Ella qué? —Oí que Elizabeth exclamó en silencio. Sólo un intervalo de tres segundos más tarde, vi como Elizabeth irrumpió en mi habitación, Harry viniendo rápidamente tras de ella y cerrando la puerta.

—Evelyn, ¿qué mierda? —Elizabeth hervía— ¿Le chupaste la polla y luego lo dejaste excitado y seco?

—Aprendí de la mejor —contesté con dureza y mantuve mis ojos en una mirada fulminante.

—¿Qué te hizo tan perra? Harry es bueno para ti —Elizabeth argumentó. Recorrí su estado actual, la mitad de su pelo cuidadosamente rizado y su atuendo consistía en ropa interior y una holgada camiseta.

—¡Simplemente no quiero que mamá y papá me odien! ¡Me siento tan culpable! —confesé y sentí mis ojos humedecerse.

—Cariño, no se decepcionarán, ¡ya que no tienen que saber! —Elizabeth arrulló y se sentó a mi lado en mi cama mientras comenzaba a alisar mi pelo.