Cincuenta y cinco.

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Tomé mi plato con comida y fui a sentarme en una silla alrededor de la mesa. Luke se sentó enfrente mío sólo para incomodarme con su mirada. Miré a Luke al igual que él me miraba a mi, pero parecía no incomodarle.

-Deja de mirarme. -Dije.

-Hablemos.

-No. Deja de mirarme.

-Eres muy hermosa como para dejar de mirarte. -Sentí mis mejillas tornarse a color rojo.

Continué comiendo y Luke no dejaba de mírame, al igual que yo a él. De la nada sacó un dulce del bolsillo de su camisa de pijama y comenzó a comerlo, sin dejar de mirarme hizo todo, me daban un poco de ganas de reír. Entrecerré los ojos mientras lo miraba y seguí comiendo.
Al terminar me levanté de la mesa y llevé mis platos hasta el fregadero, los comencé a lavar, Luke estaba recargado en la encimera mirándome.

-Luces bien con esa ropa. -Traía unos shorts y una blusa de tirantes, debido a que hacia algo de calor.

-¿Disculpa? -Lo miré mal.

-Luces muy bien con esa ropa. -Él seguía saboreando su dulce.

-Pervertido. -Respondí y seguí lavando los platos. Él rió cruzándose de brazos y lo miré fulminante.

-No estoy pensando en cosas obscenas, sólo digo que luces bien. Con toda la ropa luces bien. Y con las blusas de mis bandas favoritas luces mejor. -Sonrió, dándome unas pequeñas ganas de sonreír también.

Terminé lavar los platos y salí de la cocina, Luke continuó siguiéndome. Subí por las escaleras y caminé por el pasillo hasta mi habitación.

-Oh no, no te escaparás. -Lo escuché decir, me di la media vuelta y venía caminando hacia mi.

-¿Qué? -Comencé a caminar más rápido hacia la puerta de mi habitación de espaldas, él corrió hacia mi y no supe como le había hecho pero me cargo en su hombro-. ¡Suéltame!

-Nope. -Comencé a patearlo y darle golpes en la espalda para que me soltara pero parecía no importarle-. Tus golpes son muy suaves.

-¡Suéltame! -Él caminó conmigo en su hombro hasta su habitación y cerró la puerta, me bajó y cubrió la puerta para que no intentara salir-. ¿Qué quieres?

-Quiero que me dejes explicarte.

-¡No!

-Bien. Como no dejas que te explique nada, no me quedan más opciones. -Dijo y se acercó a mi tomándome por la cintura. Instintivamente cerré los ojos esperando por su beso. Esperé unos segundos, no había pasado nada, abrí los ojos y Luke me miraba tiernamente-. ¿Esperabas qué te besara?

-¿No lo ibas a hacer? -Pregunté confundida.

-No, de hecho te iba a cargar y encerrar en el baño pero sí quieres te beso. -Me sonrió.

Pasé mis brazos por su cuello y él me apegó más a él, pasó uno de sus dedos por mis labios mientras los miraba fijamente y yo miraba los suyos, su aliento olor a fresa rozaba en mi rostro, me acarició en la mejilla para después fundirnos en un suave y dulce beso que se fue intensificando con cada segundo que pasaba, debía admitir que extrañaba bastante sus labios rozando con los míos. Con mis manos lo tomé de las mejillas, logrando tocar la poca barba que le comenzaba a salir, el poco espacio que quedaba entre los dos desapareció, un olor a colonia desprendió de él. Él me tumbó a la cama aún estando arriba mío y fue ahí cuando reaccioné.

-¡NO! -Me separé de él-. ¡EMBUSTERO! -Grité-. ¡Aún sigo enojada contigo! -Le di un empujón para que se quitara de encima mío y me levanté de la cama-. Me largo de aquí, embustero. -Caminé hasta la puerta pero Luke fue más rápido y me cargó por la cintura.

Be Your Everything. «Luke Hemmings»Where stories live. Discover now