13| Lo que trama Parker

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Dedicado a Allie Rangel. Gracias por tu apoyo tanto a mi historia como a la de otras muchas autoras. Muchos éxitos! <3

Parker se encontraba mal sentado en el sillón de la habitación de Bruce

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Parker se encontraba mal sentado en el sillón de la habitación de Bruce. Sus piernas estaban sobre uno de los reposabrazos y su tronco descansaba en el otro. Entre sus manos, un cubo de rubik era manipulado sin cesar. El pelirrojo, por su parte, estaba tomando asiento en la butaca de terciopelo rojo del piano.

—¿Estás seguro de estar bien cómo estás? —preguntó Thomas, sin apartar la vista del objeto con el que estaba jugando

—No entiendo tu pregunta. —Si algo molestaba, era que le preguntaran cómo estaba.

—Bueno, verás primo, te pasas el día diciendo que odias a Spencer y que no te importa en lo más mínimo.

—Así es. ¿Cuál es el problema?

—Pues que estás todo el día pendiente de cada cosa que hace. Me he fijado en que la miras cuando ella no te mira a ti... Y el beso que le distes el otro día.

Bruce alzó la mano para pedir silencio.

—Fue ella quien se abalanzó sobre un enfermo para buscar provecho sexual.

Aquella declaración logró que al moreno se le cayera el objeto de las manos, mientras estallaba su risa.

—A mí no pretendas engañarme, no soy idiota. Y si digo esto es porque me preocupas. Tienen una disputa tu razón y tus sentimientos que te van a llevar por el camino de la poca cordura.

Haciendo hacia atrás los mechones que rozaban su frente, levantó la tapa del piano.

—Gracias por su psicoanálisis, doctor Parker—dijo enarcando las cejas.

—No hay de qué —sonrió el moreno. Permaneció mirando a la nada pensativo durante un largo instante mientras Bruce comenzaba a tocar una suave melodía—. Entonces, no te importa lo que haga ella, ¿no?

—No.

—Tampoco con quien salga, ¿no?

—No.

—A mí me parece una chica interesante, la verdad. Por fin alguien que te pone en su sitio. Entonces, no te importa si la invito a salir, ¿no?

Rimes dio un golpe a varias teclas del piano para que sonara un irritante sonido desafinado y, acto seguido, miró con frialdad a su invitado.

—No —espetó.

—Te tomo la palabra.

—Te tomo la palabra

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La sonrisa del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora