Pesadilla

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Se sentó de golpe en el asiento trasero totalmente bañado en sudor frío, su respiración estaba muy acelerada casi a punto de darle un ataque de ansiedad y el corazón casi se le salía.
Desde el día en que habían discutido ya habían pasado 3 días y en ese tiempo, todo se volvió amargo y tenso. El bicho no le dirigía la palabra en absoluto y si lo hacía era con secos monosílabos o gestos con la cabeza.

Ya no estaba tan seguro de querer ir a la universidad y ahora ya no sabía como reparar la situación ni como disculparse por lo que había dicho con anterioridad.

Aparte de que ese terrible sueño no lo dejaba en paz: todo empezaba con ellos dos en el camino cuando de repente llegaban a un gran edificio donde se podía ver en letras grandes la palabra Universidad ahí él abandonaba el auto y lo veía alejarse una cuadra de distancia cuando era impactado por un camión a toda velocidad, aterrorizado comenzaba a gritar y a correr pero ni su voz ni sus piernas lograban llegar hasta él.

Era tal su desesperación que siempre despertaba con varias lágrimas que resbalaban por sus mejillas.

Pasaron al rededor de 20 minutos en los que Krest valoraba si despertar a Zaphiri para arreglar las cosas de una buena vez o esperar hasta la mañana mas no se esperaba que el bicho le estaba mirando en la oscuridad con la mirada brillante de preocupación.

—Ehhh... ¿Estás bien?— el cubo solamente negó con tristeza y un silencio muy tenso se hizo presente en el auto. Por fin el bicho salió del asiento del conductor y se sentó junto a Krest en la parte trasera.

—Lo lamento.

—¿Eh?

—Perdóname por haber hecho una tormenta en un vaso de agua— el bicho tragó con fuerza —Sé que ir a la universidad es tu más grande sueño y que te has esforzado mucho por conseguir lo necesario... solo quiero decirte que si eso es algo que te hace feliz voy a apoyarte en todo lo que esté en mis manos, si te hace falta dinero te ayudaré consiguiendo un empleo o algo que nos...

El dedo en sus labios lo detuvo y sus nervios estallaron cuando se dió cuenta de lo cerca que ambos se encontraban.

—No tengo nada que perdonarte, Zaphiri... al contrario, debería ser yo quien se disculpe— soltó un suspiro y prosiguió —Mis palabras fueron bastante duras y realmente no estaba pensando en lo que dije... Te quiero, Zaphiri y realmente quiero que tú y yo...

—Espera, espera... ¿dijiste... que me quieres?

Haciendo una retrospectiva Krest se dió cuenta de lo que había dicho y rápidamente cambio su mirada a una igual a la de su compañero: de sorpresa y algo de ternura.

—Eh... bueno... este... yo.

Los fuertes brazos del moreno lo rodearon y se dejó mimar entre sus brazos. Cuanto había extrañado esa cercanía, aquél aroma a sándalo al que se había hecho adicto y esos cabellos negros tan suaves como plumas de pavoreal.

—También te quiero, cubo.

A pesar de ser las 3 de la mañana, ninguno de los dos pudo pegar el ojo, así que se quedaron abrazados en el asiento trasero.

—He tenido una pesadilla horrible.

—¿Mm? ¿De qué va?

—Estoy en la entrada de la universidad y tu te vas en el auto cuando de repente un camión se estrella contra tí.

Los ojos del moreno casi se salen de sus órbitas y después de unos cuantos segundos de atar cabos, supo entonces que era la razón de su llanto tan intenso.

—No te preocupes, no voy a morir hasta verte con ese título universitario.

Lo abrazó con más fuerza y le dejó un tierno beso en la frente. Pasaron unas cuantas horas más y sin darse cuenta ambos durmieron acurrucados hasta las 9 de la mañana cuando el estómago de ambos clamaba por desayuno.

Carretera (ZaphirixKrest)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt