La verdad

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—¿En serio estás bien?

—De maravilla, estar lisiado es de lo mejor.

El bicho le dió una sonrisa divertida mientras que Krest embozaba una mueca cercana a una sonrisa para después soltar un suspiro y dejar salir la carcajada.

—¡No te burles de mi desgracia!

—JAJAJA... NO-JA... no me burlo de tí JAJAJA... es que... ¡fue tan gracioso!

Con eso, un ataque de risa se apresó del cubo y causando que una ligera risa saliera de los labios del moreno.

—Es tu culpa por no enseñarme a patinar.

Se cruzó de brazos indignado mientras la risa de Krest crecía.
Puede que el bicho tuviera razón pues después de el épico momento donde congeniaron con sus tatuajes, decidieron dar una vuelta por la ciudad y a mitad de una plaza comercial, había una inmensa pista de patinaje sobre hielo algo que le iluminó la vista a Krest con emoción y arrastrando al bicho hasta ella que no pudo negarse al ver la excitación que mostraba por ello, era demasiada ternura para él.

Pagaron la entrada y como niño pequeño el castaño corrió a buscar los patines para ambos casi tropezando en el camino y nuevamente arrastrando a su compañero que trataba de hacer que se relajara. Por fin después de unos cuantos minutos ambos se encontraban en la pista y la emoción de Krest creció cuando comenzó a deslizarse por el hielo con gracia y delicadeza de un cisne dando vueltas y haciendo una que otra pirueta, recibiendo a cambio aplausos por las personas de ahí, mientras que Zaphiri... bueno, él solamente estaba parado en una pequeña barda que rodeaba todo el lugar admirando embobado a su compañero que en ese momento parecía un sueño, como esas hadas que a veces nos presentan en las películas épicas que pareciera que tocan el agua y se desplazan por ella.

Cuando Krest notó que su compañero no lo seguía, lo buscó con la mirada y le sonrió había algo en ese chico que estaba acabando completamente con él. Patinó con cuidado hasta él y lo jaló del brazo para que lo siguiera.

—No te quedes ahí Zaphiri, relájate un poco.

Al despegarlo de la barda, las uñas del moreno se le encajaron en el brazo y su cuerpo poco a poco fue perdiendo el equilibrio hasta aterrizar en el frío piso de hielo llevándose en el camino al galo que soltó una risilla en forma de diversión.

—¡Auch! no te rías, Krest.

—Lo siento jajaja ven... te ayudo.

Al levantarse trató de jalarlo con fuerza pero al parecer fue demasiada, así que terminaron nuevamente en el suelo solo que ahora con Zaphiri sobre él y sus rostros relativamente cerca. Krest volvió a reirse cuando las mejillas del otro se tiñieron de carmín.

Con algo de trabajo, lograron levantarse y conservar el equilibrio mas para hacerlo más fácil, lo tomó de las manos y poco a poco lo guió al rededor de la pista.

Zaphiri no podía despegar la vista de Krest, pues sus ojos estaban brillantes de alegría y su sonrisa era la más grande que alguna vez había visto.

—Creo que ya lo tengo, déjame intentarlo.

Con lentitud, alejó las manos del castaño que esperaba una demostración de que podía hacerlo, con mucho esfuerzo logró darle una vuelta completa a la pista, recibiendo aplausos y risas de su cubo.

—¿Ves? Sí pude ha...

No logró terminar con su oración por que en el hielo había una ligera cuarteadura y aterrizó justo con la rodilla derecha donde después de unos segundos un dolor punzante y ardiente le embargó.

Carretera (ZaphirixKrest)Where stories live. Discover now