Impacto

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Sentía mi cuerpo moverse, mis piernas y brazos tomaban cada vez más velocidad, sin embargo no lograba avanzar. Una larga calle se hacía cada vez más estrecha y al final de la misma, estaba Emma de pie, con un hermoso vestido blanco, al mirarla traté de hacer un esfuerzo por avanzar, pero no funcionaba. A lo lejos pude ver que sus ojos habían perdido el brillo, no parecía ella. La llamé con la esperanza de que reaccionara y se acercara a mí, pero no fue así, solo puso su rostro serio y frío. En ese momento empecé a moverme, acercándome más a ella cada vez, cuando estaba a punto de alcanzarla pude escucharla articular tres palabras con un gran tono de desesperación.

— ¡Tienes que llegar!

Luego todo se desvaneció y su cuerpo cayó a un vació, yo me quedé ahí, al borde de la nada, mirándola caer, de un pronto a otro desperté. Mi espalda empapada en sudor, había sido solo un mal sueño y tal vez una señal de que tenía que ir a evitar esa boda.

La iglesia del centro de la ciudad a las 9 a.m., ahí era la boda. Eran las 6:30 a.m. en ese momento. Me levanté, fui a la cocina a prepararme un café y observé como los rayos del sol irrumpían por la ventana junto al mueble de la lacena, cuando estuvo listo el café me serví una taza, la tomé con paciencia, disfrutando cada pequeño sorbo, después fui a bañarme, sentí el agua caer en mi espalda y resbalar hasta mis pies, agua fría, necesitaba estar despierto, atento, para poder llevar a cabo mi cometido.

Al caminar por la sala de mi casa un peculiar papel yacía sobre el suelo. Lo levante y pude notar que estaba doblado y sobre uno de sus pliegues decía: "Emma". Lo desdoblé rápidamente para encontrarme con una carta.

"Nicolás.

Empiezo diciéndote que eres especial, lo eres de verdad para mí, y esa noche que pasamos juntos fue tal vez la mejor de mi vida, eres un gran chico y tienes cualidades hermosas. Esta carta es para explicarte por qué me estoy casando, primero quiero que sepas que no es lo que quiero, de verdad no quiero esto, pero me siento responsable de hacerlo. El mundo no se maneja como tú piensas o cómo estás acostumbrado, algunos debemos hacer sacrificios o alguna clase de cumplimiento, por honor o por agradecimiento o por lo que sea. Este matrimonio es una completa farsa y ¡Sí! Sé lo que estás pensado tal vez no funcione, pero eso no será mi culpa. Sé que tal vez no entiendas esto, no espero que lo hagas, pero espero que trates de seguir y que no te estanques en lo que sea que pasó entre nosotros.

Espero que recuerdes mi historia y como Benito me rescató a mí y a mi hermano de la calle, él me terminó de dar estudio, me salvó y me ayudó a ser quien soy ahora. Pero él tiene historia también y pasado. Para empezar su negocio, Benito tuvo que pedir un préstamo que a la larga no pudo pagar. Estaba en peligro de perder el negocio que con tanto amor levantó, junto con su casa y su poco dinero, sin embargo en una visita del prestamista a la cafetería, su hijo lo acompañó y yo estaba ahí, el hijo del prestamista quedó obsesionado conmigo. Un día después de la Universidad me buscó y me chantajeo, diciendo que si no me casaba con él, Benito perdería el negocio, su casa, todo. Yo accedí a su deseo, le dejé claro que nunca lo amaría y que su presencia siempre me sería un tormento. Benito no sabe nada de esto, él solo cree que yo me enamoré perdidamente de ese tipo y que en su infinito amor el saldó la deuda por nosotros.

Te repito, no espero que lo entiendas, sé que hay muchas cosas que podrías decir, sé que no es justo, sé que debería vivir mi vida, buscar mi felicidad, sé que tal vez tú eras el hombre correcto para mí; pero también sé, junto con mi hermano, Benito es lo más preciado que tengo, que es mi padre o lo más parecido a eso y que le debo la vida.

Creo que todas las personas tenemos cierto poder sobre las situaciones que ocurren a nuestro alrededor. Creo que algunas veces somos como una bomba a punto de estallar que dejará muchos heridos y creo que lo único que podemos hacer es tratar de disminuir el daño, reducirlo, así que era mi responsabilidad decirte esto, reducir el daño que te estoy haciendo y que entendieras que no se trata de ti, que eres alguien maravilloso, pero nos encontramos en un momento equivocado; tal vez algún día coincidamos de nuevo, quizá en alguna ocasión una casualidad nos una por segunda vez, si es así, no te pediré que no te enamores de mí, por el contrario te pediré que me dejes amarte y que me ames en libertad, te lo prometo.

La última gotaWhere stories live. Discover now