Cincuenta (*)

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WILLIAM

Dios mío, este día definitivamente acabaría con mi hombría. Anna parlotea de lo mucho que le había agradado el spa y el salón de belleza y lo conforme que estaba, sin embargo, mis cejas no decían lo mismo.

Había aceptado entrar a esos lugares solamente por la insistencia de Anna, pero al haber sabido que una depilación de mis perfectas cejas estaba incluida, jamás hubiera dicho que sí. El plan inicial era ir a comprar las cosas que faltaban para la habitación de nuestra pequeña, sin embargo, Anna tenía otros planes.

— ¿A caso no te pareció increíble? —Inquiere tomando mi mano mientras nos adentramos a una tienda de ropa y accesorios para bebés.

—Todo perfecto, hasta que llegó el depilado de cejas —Hablo ganando una risa por parte de Anna. Ella se detiene y se coloca frente a mí, me observa por algunos segundos antes de asentir.

—Definitivamente te queda bien, deberíamos ir a un salón de belleza más seguido —La miro horrorizado ante su sugerencia. Definitivamente no, no volvería. Por mucho que eso pudiera hacer que mi esposa me odiaría, prefería mantenerme lejos de esos lugares.

—No debemos demorarnos mucho tiempo —le recuerdo —debemos estar en cada de John en un par de horas. —mi amigo me había llamado hace algunos momentos para pedirme que nos reuniéramos en su casa, no había dicho el motivo y yo no tenía ninguna sospecha así que, estaba con la intriga.

—Lo sé —murmura —no demoraremos demasiado —añade —solamente necesitamos ver la cuna y listo.

Luego de una pequeña insistencia por parte de Anna, me había convencido de comprar una cuna, no estaba demasiado convencido de eso, pero parecía que no había opción.

Miro a mi alrededor, toda la tienda está repleta de cosas para bebés. Sabía que era prácticamente imposible que compráramos solamente una cuna. ¿Para qué mentir? Todo aquí era verdaderamente adorable.

Anna sostiene en su mano una especie de máquina que nos habían entregado en la entrada, según la chica, con eso podríamos registrar los códigos de todas las cosas que nos gustaran las cuales después se enviarían a nuestro domicilio.

—Mira esto, es tan bonito —Anna sostiene un peluche entre sus manos. Produce un leve tintineo cuando lo sacudes que me roba una sonrisa. Pasa la máquina por el código haciendo que produzca un ligero sonido.

—Podemos ver la cuna ahora —Sugiero —Una que no sea demasiado grande, no queremos estar todos apretados en la habitación.

Anna asiente y nos encaminamos hacia el pasillo en donde se encuentran los muebles. Una larga fila de cunas se encuentra frente a nosotros, hay de todo tipo de material y colores. Sin embargo, cuando mi vista se posa en una de madera con mantas rosadas, sé que es perfecta.

—Mira esa de ahí —Sigo con la mirada lo que Anna ha señalado para darme cuenta que se trata de la misma que he visto.

Cuando nos encontramos frente a la cuna, notamos que también es una mecedora. Tiene colchones rosas con estampados de corazones y una sencilla cubierta trasparente encima adornado con un lazo de color blanco. Pequeños lazos decoran los bordes de la cuna y los colchones son tan suaves que sin duda ésta es perfecta.

—Me encanta —Anna susurra mientras pasa sus manos por el borde de la cuna, deslizándola con cuidado mientras parece examinar cada detalle del material. —¿Qué opinas?

—Es perfecta —respondo —no creí encontrarla tan rápido —confieso soltando una leve risa.

—Bueno, creo que llegaremos temprano a la casa de John —afirma mientras pasa el láser de la máquina por el código.

Amor por Contrato[SAV #3]  ©Where stories live. Discover now