Aleatorio

Yo también te cielo

"¿Se pueden inventar verbos? Quiero decirte uno: yo te cielo, así mis alas se extienden enormes para amarte sin medida.

Siento que desde nuestro lugar de origen hemos estado juntos, que somos de las misma materia, de las mismas ondas, que llevamos dentro el mismo sentido. Tu ser entero, tu genio y tu humildad prodigiosas son incomparables y enriqueces la vida; dentro de tu mundo extraordinario, lo que yo te ofrezco es solamente una verdad más que tú recibes y que acariciará siempre lo más hondo de ti mismo. Gracias por recibirlo, gracias porque vives, porque ayer me dejaste tocar tu luz más íntima y porque dijiste con tu voz y tus ojos lo que yo esperaba toda mi vida"

- Frida Kahlo, 14 de febrero de 1953

Uno de mis regalos de Navidad ha sido una agenda, llena de cartas. Cartas de amor y de guerra, de amistad, de secretos y victorias; pero siempre entre mujeres. Éstas son famosísimas señoras del pasado, desde Frida Kahlo, pasando por Virginia Woolf, hasta llegar a Louisa May Alcott. Es increíble lo que una simple carta podía llegar a emocionar. Y es imaginable, cómo trataban a las mujeres en esa época. Quizás no hayamos hecho todo bien, pero espero que en un futuro, las nietas de mis nietas sean más libres de lo que seremos nosotras jamás.

Pero no quiero hablar de eso ahora, porque se supone que hoy debe ser un día feliz. Así que hablaré de ese verbo, ese "yo te cielo". Da igual quién seas, lo que creas, lo que comas, cómo vistas, de donde seas. Yo te cielo. Y tú me cielas. Y eso es lo que importa.

Feliz Navidad, fugitivos.