VIII. TRAUMA

350 28 16
                                    


De vuelta en la Torre del Reloj y tras el periplo que Garrett y Basso tuvieron que hacer para volver a subir al inconsciente Corvo, el ladrón se quedó a solas con el asesino. Le tumbó en su propio colchón, ya que, hasta el momento, Corvo había dormido en su propio petate. Le quitó los restos de la camisa llena de sangre, la cual apartó cayendo rápidamente en la cuenta que el nuevo "Destripador de Dayport" que había escuchado gritar a voces a los guardias y alguaciles que habían evitado por el camino era; probablemente, el propio Corvo. Con la misma diligencia terminó de desvestirlo, dejándolo sólo en ropa interior, para limpiar de su piel y su rostro los restos de sangre, sudor y vómito. Se le hizo infinitamente extraño poder manipular el cuerpo del asesino a su antojo sin que él intercediera lo más mínimo. De hecho, cayó en la cuenta de que, sin la actitud amenazadora de la que solía hacer gala; en realidad Corvo tenía un cuerpo bien construido, armónico y muy agradable a la vista. Sus músculos eran fuertes, abultando sólo lo necesario para imprimirle ese atletismo y esa habilidad con la espada de los que hacía gala. La forma en la que se conectaban unos con otros bajo la piel, de una forma mucho más marcada que en el suyo, resultaba hipnótica. Su piel estaba forrada de cicatrices casi en todas partes, resaltando especialmente la marca mágica de su mano izquierda. Casi era una lástima que los moratones y las marcas de las peleas en las que estuviera el día anterior, sumado a los desgarrones en forma de picotazos que ahora moteaban su torso y su abdomen arruinaran aquella vista.

Cuando terminó de secarlo con un paño limpio, lo cubrió con la manta nueva. Garrett se retiró deprisa, dejó sus armas y su cinturón a parte y se quitó la capa. No se molestó en quitarse el maquillaje, la máscara (que era casi como su segunda piel) o el maquillaje oscuro de los ojos. Cogió de la parte de arriba una jarra de agua con un vaso de madera y rebuscó en su arsenal de ungüentos, sacando un frasco con esencia de amapola blanca. Al pasar los ojos por la mesa y ver el trozo de manteca, tuvo una idea. "Espero que funcione", pensó mientras cortaba un trozo pequeño con un cuchillo romo y lo ponía dentro de un cuenco pequeño. Mezclo esto con el extracto de la amapola, creando una especie de pasta blancuzca que emitía un tenue fulgor azul. Con eso y el botiquín de Corvo, creyó tener más que suficiente.

Al bajar de nuevo junto al hombre delirante, se acordó de encender unas velas para arrojar algo de luz sobre lo que hacía. No es que le hiciera falta, pero si despertaba, era mejor que no se encontrara en la oscuridad. El sol ya se había puesto,y aunque aún entraba algo de luz por las ventanas, el cielo comenzaba a cerrarse.

El sonido del agua cayendo en un vaso le despertó como si fuera música celestial. Corvo miró a un lado, consciente pero todavía inmerso en su realidad paralela. Morris estaba de espaldas, parecía más pequeño y en algún momento había aprovechado su inconsciencia para moverle de la silla al suelo. No llevaba ninguno de los instrumentos con los que había estado hiriéndole durante días. No llevaba el hierro caliente que le hacía temblar solo con verlo, aunque eso no evitó que el asesino se encogiera de miedo.

Haz que beba, no quiero que vuelva a desmayarse demasiado pronto.

La voz venía de algún lugar en la oscuridad, cercano al techo, modulada como si llegara a través de un comunicador.

Corvo se dejó hacer cuando Garrett, Morris para él, pegó el vaso a sus labios, levantándole un poco la cabeza por la nuca. La garganta agradeció infinitamente el gesto, pero el estómago se revolvió con un pinchazo agudo. Aún así, quería más. Aún así, no intentó pedirlo o cogerlo por su cuenta, los puños de Morris no tenían nada que envidiar a sus herramientas. Volvió a darle la espalda y tomó algo brillante.

La barra.

Corvo pudo tragarse el gemido de angustia. Al encogerse otra vez, descubrió que estaba libre de ataduras. Usó las pocas fuerzas que tenía para arrastrarse lejos de él, hasta que su espalda chocó contra una pared.

Lo que es tuyo, es mío [CorvoXGarrett] [Dishonored/Thief]Where stories live. Discover now