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En dos semanas tu vida puede cambiar por completo. Dar giros tan inesperados que te van a hacer dudar de lo que es real o no.

En dos semanas puedes ganar el premio Nobel en física por tener un coeficiente tan alto que las personas quedan flipando por cada palabra que sale de tu boca.

Dos semanas pueden llegar a ser perturbadoras para muchos, llenas de sangre y vísceras. En solo dos semanas el mundo se puede ir por el caño, o volverse de colores.

Y sí, fueron esas dos semanas.

Miré la pared acolchada, el techo, y me volví a tirar en el suelo, igual de acolchado.

Cálmate, Vellty.

Respira.

Uno, dos, tres.

—Uno, dos, tres. Uno, dos, tres—repetía todas la veces que pudiera.

Las manos me sudaban, al igual que la frente. Comenzaba a sentir el pecho pesado y la respiración entrecortada.

Es cuestión de empeño.

No seas estúpida.

Uno, dos...

—¡Cállate!—grité. Me levanté de golpe y comencé a dar vueltas por la habitación—. ¡Joder! ¡Cállate ya!

Eres inútil, Vellty.

Inservible.

Eso eres tú.

Me recoste de la pared y caí lentamente hasta volverme un ovillo, tratando de controlar mi respiración.

No podía más ¡Me estaba volviendo loca!

Volví a ver la pared. No había nada. Estaba rodeada de nada.

Llevé mis manos a la cabeza, agarrando las hebras de mi cabello en un puño.

—Uno, dos, tres. Uno, dos, tres—mis nervios no cesaban.

Uno, cada vez te vuelves más loca.

Dos, no me puedo callar.

Tres, cuatro, cinco.

—¡Basta! ¡Basta!

Volví a respirar hondo y me levanté, yendo hacia la puerta.

—¡Abran la puerta!—golpeé con mis puños—. ¡No quiero estar aquí! ¡ABRAN LA PUERTA!

Pero nada ocurría, seguía ahí.

De pronto no podía respirar. Inhale por la boca y exhale, buscando oxígeno. No podía respirar.

—Carajo...

Vi la puerta de nuevo y golpeé lo más fuerte que pude.

—¡Abran la maldita puerta! ¡No estoy loca!—el aire me comenzó a faltar, estaba un poco mareada—. No puedo respirar... yo...

Red - [La Orden Sangrienta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora