Extra #3

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Hola, comadres♥️
Como soy una buena persona en este mundo lleno de gente que mata a sus personajes, he decidido prolongar el sufrimiento lol. Bueno solo diré que me dispuse a escribir este extra porque es una necesidad que tengo como escritora.

Espero que les guste *ojito ojito*





———


"¿Y ahora qué prosigue? ¿Le decimos a los licaones?"

(Sucesos ocurridos en el capítulo 29: Si buscas sexo, buscas la muerte)

Finales de abril, era una noche fría e iluminada por la luna llena. Nadie dudaba de la existencia de lo fantástico mientras unos chicos se lanzaban desnudos al lago; el cristalino lago mayormente conocido como el lago de las desgracias.

Uno de los chicos se dedicaba a observar la luna en su ebriedad, esperanzado de ver muy pronto a su amada, Saoto. Ese que tenía una gran admiración por Wilre Snyder, la chica de piel olivada.

El gemelo número uno aprovechó el momento para divertirse con Vellty Anny Danforth, la chica delgada de tez pálida, y ella no dudó en nadar lo más lejos posible de él para no morirse de la risa. Por otra parte, el gemelo número dos, y Lenintog, se alejaban sigilosamente del lago.

—Smok, sabes que me gusta la adrenalina, pero no creo que–

El rubio lo interrumpió:

—Cálmate ¿si? Te dije que iba a compensar eso... bueno... mi estupidez.

Muchos tendrán dudas respecto a lo que ahí sucedía, ahí entre ellos dos, pero ni los propios chicos lo sabían.

Continuaron caminando.

Y mientras más tensión se formaban en el ambiente, ellos seguían adentrándose al bosque sin verse mucho a la cara. Desnudos. Con la piel mojada y brillante por las gotas de agua. Y, para que negarlo, con los corazones acelerados.

Llegaron a un punto silencioso y despejado, la luna reflejaba con claridad las dudas de ambos, todo era muy nuevo y emocionante, pero para los chicos, prohibido. No por los prejuicios, sino porque no estaban acostumbrados a ese extraño sentimiento que surgió de pronto.

El rubio, conocido como Smok, le preguntó con voz susurrante a Lenintog:

—¿Desde cuándo?

Este se pensó la pregunta mientras observaba al gemelo; su cabello rubio un poco largo, su cuerpo fornido, sus ojos azules atrapantes, y esa estúpida sonrisa arrogante.

—Desde siempre.

Smok sonrió, le pareció tan ridículamente sensual la respuesta, que se acercó más al chico.

—Pensé que ibas a olvidar esa paja entre colegas—el recuerdo surcó de pronto, en la mente de Smok se repetía una y otra vez la noche en la que ellos... conectaron de una forma... increíble.

—Veo que tú tampoco lo haz olvidado —Lenintog dió un paso, sintiendo que tocaba la mano de Smok, pero sin hacer contacto.

La duda seguía sembrada, pero las ganas por descubrir lo inimaginable eran potentes: un beso. Un simple beso se escuchaba tan deseoso que, ninguno de los dos, siendo tan extrovertidos y lanzados, se quiso atrever a dar el paso.

—Esas cosas no se olvidan—fue lo que murmuró Smok con la voz pendando en un hilo.

«¿Cómo olvidar esa noche?» se preguntó a si mismo el rubio, fue algo nuevo, y le había gustado.

Red - [La Orden Sangrienta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora