Extra #2

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¡¡Hola, comadres!!
AQUÍ TIENEN EL SEGUNDO EXTRA CON SU RESPECTIVO SALSEOOO, eso quiere decir ADVERTENCIA DE CONTENIDO +18.

Les voy a dejar una notita al final del extra :*



———

"Arrodillada, como debe ser"

(Sucesos ocurridos en el capítulo 28: El sofá, y la casa de Mina)






—Es que no podía dormir —admití frunciendo los labios.

—¿Y por eso viniste hacia mí?—inquirió acomodándose en el sofá y viéndome a la cara.

—No he venido por ti...

—Claro—asintió él con una fingida sonrisa inocente—. Ven aquí, Vellty.

—Pero–

—Ven—exigió.

Indecisa me levanté del pequeño sofá, Kislev se puso de pie al momento... las piernas me temblaron cuando me acerqué al chico e incliné la cabeza un poco para verle a la cara. No tardó en tocar mi cuello con sus fríos dedos y subirlos hasta mi mejilla izquierda, acunando mi rostro en un intento de llegar a mi alma.

Cerré los ojos cuando comenzó a delinear mi rostro con uno de sus dedos, rozó mis labios y se quedó en el inferior.

—Vamos a ver que puedes hacer con esa boca—susurró con voz ronca.

Atrapó mis labios en un beso lento y devastador, la sangre en mi cuerpo circuló más rápido y la vena del cuello me saltó. Las manos me picaban con ganas de tocarlo, quería volver a sentir la piel de Kislev. Las subí por su espalda y dejé que se perdieran en su cabello. Él tocó mi cintura y pegó nuestros cuerpos, lo sentía todo de él. Y él lo sentía todo de mí en ese gran pijama de abuela.

Dejó un casto besó en mis labios y me miró a los ojos. Los suyos se veían negros por lo dilatado de las pupilas, sus facciones marcadas y varoniles... algo hermoso de ver.

—Arrodillate—besó mi labio superior y se sentó en el mismo sofá donde antes descansaba, de brazos cruzados y un aura aterradora dominada por el deseo.

—Kislev, yo–

—Tú, te vas a arrodillar, ahora.

Tenía la boca seca cuando le hice caso, pasé mis manos por sus pantalones y sonreí, ahí arrodillada y delante de Kislev.

—Nunca he hecho...

—Lo harás bien —objetó él, mirándome fijamente, sentía como si me quisiera devorar con la mirada.

Mi manos nerviosas llegaron al pantalón de su pijama, la tela suave se deslizó por mis dedos, y las ansias invadieron aún más mi sistema cuando la bajé un poco, pero lo suficientemente para revelar su miembro.

—¿Y todo eso puede entrar en mi boca?

Necesitaba una respuesta, era mi duda existencial para no ahogarme o algo parecido. No tenía experiencia con nada.

Red - [La Orden Sangrienta]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant