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Bueeeeenaaaaaas, ya estoy instalada en mi nuevo hogar y vuelven las actualizaciones, aunque la semana que viene salgo de viaje, pero creo que podré seguir el ritmo normal (o eso espero) que al fin nos vamos a visitar a la familia después de todo esta pandemia mundial!

Besotes y hasta mañana!

La espera resultaba inquietante, de hecho ya no quedaban uñas que morder en mis manos y había comenzado a impacientarme al mismo tiempo que mordía mis labios

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La espera resultaba inquietante, de hecho ya no quedaban uñas que morder en mis manos y había comenzado a impacientarme al mismo tiempo que mordía mis labios.

No existía forma alguna de comunicarse, la planificación podría salir muy bien o muy mal, entendiéndose por mal que alguien saliera dañado o perpetrado por las fuerzas de seguridad como me sucedió a mi y en consecuencia, sometidas a los efectos del azambar.

El riesgo era elevado ya que actuarían a plena luz del día actuando esta como enemiga y donde podían ser vistos con el más mínimo ruido o grito de ayuda, sin contar con las innumerables cámaras de seguridad que vigilaban la ciudad. Ese factor de riesgo elevaba las posibilidades de fracaso, pero era la única opción según Lía de conseguir un avance en cuanto al antídoto y eso hacía que me sintiera de algún modo responsable. ¿Y si no era verdaderamente inmune?, ¿Y si mi propuesta provocaba que alguno de ellos saliera dañado o peor aún, causarle la muerte o la agonizante tortura del azambar? Únicamente yo sería la culpable, podría no haber mencionado a Declan, haberme callado el hecho de que sabía de su secreto, nadie habría sabido que le conocía y menos aún que Lisa existía.

«Un poco tarde para tener remordimientos Andra» me recriminé.

Por alguna razón lo había hecho, quizá por la esperanza de creer que en el fondo sí era cierto y también porque necesitaba saber que Lisa estaría a salvo el resto de su vida en aquel lugar sin ser sometida.

Pero, ¿Era acaso vida vivir en aquel búnker?, ¿Podría considerarse libertad ser cautivo en un lugar donde no se podía gozar de la luz del sol?, ¿Dónde salir era una agonizante tortura creyendo que podrían ser descubiertos?

No.

Eso no era vivir, sino sobrevivir al único precio de decidir por una misma sin que nadie robara tu propia voluntad.

No existía comunicación alguna con los grupos que habían partido hacia la misión puesto que la señal podía ser interceptada de inmediato, así que no sabríamos nada sobre ellos hasta que no estuvieran en las inmediaciones y los equipos de radar detectaran la presencia.

El ambiente estaba tenso en el búnker, por no decir que lo invadía el más inquietante silencio. Lía no dejaba de deambular de un lado a otro, incluso ella era incapaz de mantener la calma y es que había enviado a sus mejores cazadoras a la misión, si aquello no salía bien sería una gran perdida en todos los sentidos de la palabra.

—Percibo movimiento —mencionó una de las mujeres de más avanzada edad que estaba frente a un monitor que no dejaba de dar vueltas.

Llevaba unos cascos que le tapaban las orejas y en aquella pantalla solo se veía una especie de rueda verde que giraba constantemente sobre un fondo negro y parecía señalar un punto que se aproximaba al centro.

—Deben ser ellos —apresuró a decir Lía acercándose a la mujer que contemplaba la pantalla.

—Están a dos kilómetros y se acercan a gran velocidad, en breve nuestras cámaras lo detectarán y podremos comprobarlo.

Las cámaras sabrían si viajaban solos o tendrían compañía, si nos enfrentábamos a una invasión perpetrada o si verdaderamente habían cumplido la misión y traían consigo a Declan y a Lisa.

Era media tarde, por lo que aún había luz suficiente para ver con nitidez. Lo primero de lo que se aseguraron es que no se aproximaban más vehículos tras ellos a la misma velocidad, por lo que estábamos seguros de que no los estaban persiguiendo. De ser así jamás les habrían llevado hasta el búnker. Una vez aclarado ese punto, las cámaras detectaron los dos vehículos y los reconocieron como propios, la tripulación era la que se había marchado sin ninguna baja y aunque no pude verle a él con nitidez, si pude ver el rostro asustado de Lisa junto al que parecía ser el cuerpo de su padre que yacía inconsciente a su lado.

¡Dios mío!, ¡Estaba allí!, ¡Verdaderamente le habían traído!

La realidad me dio de bruces y sentí una especie de nervios incontrolados por dentro provocando que me alejara de aquel lugar lo más opuesto posible.

No sabía si era capaz de enfrentarlo, de volver a verlo y menos aún de que supiera que había estado fingiendo todo ese tiempo. ¿Cómo admitir que había sentido cada una de sus caricias verdaderamente?, ¿Qué no había fingido en absoluto cada gemido de placer que me había proporcionado? Podía haberme negado a ello y sin embargo ese hombre despertó algo en mi totalmente inaudito.

No. No podía enfrentarle cuando por ningún otro había sentido lo mismo.

Los aplausos por misión realizada con éxito no se hicieron de rogar, fueron la pista contundente de que que Declan y su hija se encontraban dentro del búnker y eso provocó que mi estado de inquietud se agravara.

—¿Andra? —oí que alguien me llamaba varias veces, pero aún permanecía oculta tras uno de los muros de aquella minúscula biblioteca—. ¿Andra?

¿Desde cuando era una cobarde?, ¿Desde cuando me escondía? En aquel lugar yo tenía el poder y no al revés, era yo quien podía elegir y decidir, no Declan.

—¡Al fin te encuentro! —dijo una voz en cuanto me hice visible por uno de los pasillos—. Sheila te busca, al parecer la pequeña está un poco nerviosa.

¡Lisa!, ¡Como podía haberme olvidado de ella!

Habían trasladado a Declan aún inconsciente y sedado a una habitación cerrada y podía oír los sollozos de una niña conforme me acercaba.

—¡Ey pequeña! Todo está bien —mencioné acercándome y sus ojos inundados en lágrimas alzaron la vista.

—¡Andra! —gritó conforme se abalanzaba hacia mi y la acogí en mi regazo—. Papá no despierta, ¿Ya no volverá a despertar nunca más como mamá? —preguntó en esa infantil inocencia.

—Por supuesto que despertará, solo está profundamente dormido, pero te aseguro que él está bien y pronto podrás verle —dije secándole las lágrimas de las mejillas con los dedos.

—¡Le dije a papá que volverías! —sonrió levemente—. ¿Qué es este lugar?, ¿Son tus amigos?, ¿Está tu hermana aquí? —preguntó curiosa y sonreí.

—Si. Ellos son mis amigos y cuidarán de ti. No debes tener miedo, en este lugar nadie te hará ningún daño.

Quizá fuera por la curiosidad infantil o porque había pasado toda su vida encerrada en aquel apartamento sin apenas salir, pero el hecho de encontrarse en un lugar rodeada por personas desconocidas hizo que quisiera explorar y averiguar todo sobre aquel lugar como si estuviera viviendo una aventura.


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C O H I B I D AWhere stories live. Discover now