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Escondidos durante el día y viajando durante la noche, así pasamos los siguientes cinco días tras recoger provisiones hasta llegar a lo que parecía una casa desolada detrás de unas montañas alejada de todo cuanto la rodeaba

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Escondidos durante el día y viajando durante la noche, así pasamos los siguientes cinco días tras recoger provisiones hasta llegar a lo que parecía una casa desolada detrás de unas montañas alejada de todo cuanto la rodeaba. Declan no había mentido, realmente estaba apartada de la ciudad, incluso del lugar más cercano habitable. La casa estaba visiblemente abandonada, todos los muebles estaban cubiertos por grandes trozos de tela que posteriormente supe que servían para salvaguardarlos del polvo.

Un generador propio alimentaba la casa por completo y según Ryan todo parecía tecnología antigua, aunque yo había vivido toda mi vida sin ella, así que a mi parecer era novedoso.

—Hay tres habitaciones si no recuerdo mal, las compartiremos —dijo Declan encendiendo la luz y provocando que todo se iluminara—.En el sótano debe estar todo el material de laboratorio —añadió mirando a Josh que pareció asentir mientras inspeccionaba todo a su alrededor.

—Supervisaré los alrededores —concluyó Ryan dejando parte del armamento sobre la mesa.

—Te acompañaré, quizá podríamos cazar algo para la cena —dije ofreciéndome voluntaria porque no sabía que otra cosa hacer.

—Buscaré que puede sernos útil —mencionó Sheila quitándose todas las armas para dejarlas sobre una mesa y comenzó a abrir los cajones de la cocina.

En los cinco días que habíamos permanecido juntos, Ryan y Sheila habían disimulado más bien poco la relación que existía entre ellos, incluso en más de una ocasión se habían fugado al mismo tiempo y habían regresado con los labios hinchados.

Les envidiaba. ¿Por qué no reconocerlo? Tenía verdadera envidia de que se mostraran el uno al otro sus sentimientos aunque tal vez su relación no fuera a ningún lado, pero al menos no guardaban rencores o sabían que estaban destinados al fracaso.

Josh no parecía estar resentido, ¿Tal vez había imaginado su interés hacia Sheila? Probablemente era una experta en ver cosas donde no las había, o en imaginar sentimientos que no existían, mismamente tenía conmigo el ejemplo.

—Parece que Sheila y tú vais en serio, ¿no? —pregunté solo por romper el silencio.

—No negaré que ella me gusta, el sexo es fantástico y desea tener un hijo así que eso facilita las cosas —contestó con una medio sonrisa y le di un empujón.

¿Desde cuando la idea de ser padre le motivaba? No preguntaría por ello, al fin y al cabo la relación que tuvieran esos dos era cosa de ellos.

—Quizá cuando todo esto acabe podréis tener una familia de verdad —dije esperanzada, quizá porque eso era lo que realmente deseaba.

—Eso sería estupendo, pero Sheila y yo somos realistas, así que preferimos vivir el día a día —respondió sincero—. Mira, no sé si el doctorcito ese logrará el antídoto, pero aunque lo lograra, ¿Cómo demonios íbamos a distribuirlo al mundo entero si ni siquiera contamos con una estructura para fabricarlo en masa? No me gusta ser portador de malas noticias, pero solo es cuestión de tiempo que nos encontremos en un callejón sin salida.

Ryan tenía razón, nunca había pensado que sucedería si verdaderamente lograran dar con el antídoto, para empezar porque primero debían obtenerlo y ya era demasiado complejo para pensar en el después, pero ¿Existía un después? En el refugio de los antagónicos quizá contábamos con más recursos y ahora estos se habían limitado hasta desaparecer por completo.

¿Podríamos contactar con ellos?, ¿Les atacaría el gobierno? En ese caso tal vez utilizaran la misma salida que nosotros para escapar y buscar refugio en otro lugar antes de que lograran entrar, Lía no dejaría que los suyos sufrieran a manos del gobierno corrupto, simplemente nos había dado una salida por si establecía una tregua con el tal Gabor.

—Cuando llegue el momento lo pensaremos, de momento centrémonos en no morir de hambre —dije sonriendo mientras caminábamos por una pequeña arboleda con la esperanza de que se nos cruzara alguna liebre.

Aquel lugar estaba tan deshabitado que era fácil encontrar piezas de caza con las que alimentarnos. Tal vez Sheila y Josh no estuvieran tan acostumbrados a tener una dieta tan rica en carne, pero por el momento era lo único con lo que podríamos nutrirnos además de algunas hierbas aromáticas y pocas variedades frutales que nos daba la zona.

Sheila estaba más nerviosa de lo normal y podía notar por sus ojos que las lágrimas estaban a punto de salir de sus ojos, imaginé que se debería al hecho de saber que no regresaría al que consideraba su hogar, por lo que cuando terminamos la cena y salió al porche con la excusa de hacer guardia, me escabullí para hacerle compañía y que se sintiera menos sola.

—Venga, anímate. Podría ser peor y seguro que pronto volverás a verles —susurré sentándome a su lado y vi que alguna lágrima se había derramado por sus mejillas.

Ella se las limpió rápidamente y sonrió.

—Vas a pensar que soy una tonta —dijo tratando de sonreír.

—Claro que no. A mi me sucedió lo mismo cuando tuve que dejar a mi hermana atrás sabiendo que existía el riesgo de no regresar y por desgracia aún no he podido hacerlo —dije entristeciéndome de nuevo.

Amara me daba fuerzas para seguir luchando y tener la oportunidad de darle un futuro mejor, solo así podría volver a tenerla a mi lado cuando fuera realmente seguro para ella.

—En realidad no estoy así porque nos hayamos marchado —confesó capturando mi atención—. Hace un rato comencé a sangrar, pensarás que soy una ilusa pero creía que estaría embarazada de verdad porque tendría que haberlo hecho hace una semana. Tal vez lo estuviera, quizá por eso me siento culpable de pensar que he podido hacer algo que haya provocado que dejase de estarlo —mencionó con hilo de voz—. Dadas las circunstancias no sé si es mejor o peor que no lo estuviera, pero deseaba tanto tener un bebé...

Sus palabras hicieron que mis ojos se abrieran como platos.

—¡Oh Dios mío! —exclamé llevándome una mano a la boca y llamándome tonta a mi misma por no pensar en ello.

Sheila me miró consternada y vio la expresión de mi rostro probablemente de absoluta conmoción.

—¿Qué sucede?, ¿Has visto a alguien? —preguntó ahora realmente preocupada.

—No —negué—. No he visto a nadie, es solo que... —Mis palabras murieron en mis labios porque temía pronunciarlo en voz alta.

—¿Qué sucede Andra? Me estás preocupando, te has puesto lívida y eso es raro en ti. ¿Te encuentras bien?

—Estoy segura de que no será nada —mentí.

Tampoco era un retraso tan grande, ¿no? Solo era algo más de un mes y  podría ser por el estrés, quizá por el desaliento que me había provocado Declan o por la incertidumbre que nos mantenía siempre alerta. Si, muy probablemente era eso.

—Muy bien —contestó ahora con calma.

—Serás una buena madre Sheila y llegará cuando menos lo esperes —dije tratando de consolarla y vi como Ryan cruzaba la puerta, así que me levanté para dejarles a solas.

—Serás una buena madre Sheila y llegará cuando menos lo esperes —dije tratando de consolarla y vi como Ryan cruzaba la puerta, así que me levanté para dejarles a solas

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