Primer Libro de la Saga Vizcaya
Camila decide que irse a vivir con su padre es su mejor opción, todo porque quiere mejorar su vida, con las excelentes escuelas y ofertas universitarias que se otorgan en Fairfax. Además de que quiere ser una de las m...
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Ha pasado exactamente 2 meses de lo sucedido en la discoteca, mi relación Lorenzo ha dado un vuelco totalmente, pues ahora somos amigos, ya saben la típica relación de hermanastros. Podemos llevar más de 2 horas hablando como personas civilizadas y no gritarnos cada cinco minutos.
Decidí dejar mis sentimientos a un lado y darle una oportunidad a Josh, somos una pareja bastante inusual. No estamos juntos las 24 horas y tampoco somos un chicle. Somos como una pareja abierta, o eso creo.
La voz de Sebastián Yatra me pone a bailar en mi cuarto, la letra de Tacones Rojos me tiene “Flipando”. Organizo una buena muda de ropa porque nos vamos de vacaciones para un hotel que mi padre se había ganado por su excelente servicio en la tienda de primeros auxilios de 24 horas. Acomodo mi pelo que ya ha crecido un poco y al frente de mi espejo sigo moviendo mi cuerpo como si no hubiera un mañana.
—Si fuera el espejo saldría corriendo.
Me giré para ver al idiota de Lorenzo que tenía su típica sonrisa de chico malo. Lo mejor de estos meses es que los pensamientos impuros que estaba teniendo sobre él, se esfumaron para mi suerte, aunque debo admitir que aún logra ponerme nerviosa en algunas circunstancias.
—Gracioso ¿Vienes a buscar mi maleta?
Señalo el montón de ropa que descansan encima de mi cama y sus carcajadas sonaron como eco en mi habitación.
—Beatriz te va a matar cuando vea que aún no has organizado nada.
—Ese es mi problema, no el tuyo Lorenzo.
Doy mi mejor sonriso mientras enciendo el reproductor de música y suena la melodiosa voz de Pablo Alboran. Tuve que mirar a Lorenzo para ver la reacción de su cara. La canción de Saturno se estaba reproduciendo y la incomodidad se sentía a tres kilómetros por lo que opte por quitarla de inmediato.
—Debo ir al baño a…—su voz se sentía nerviosa y estaba arrastrando las palabras— Debo irme Cam.
—Sí, yo necesito organizar.
Lolo salió de mi cuarto dejándome a entender que mis sentimientos por él no habían cambiado en estos meses.
Antes de irnos al hotel debíamos ir a la Sociedad Literaria que se estaba realizando en mi escuela. Al entrar al salón pude observar a mi maestro Federico y unas personas mayores sentada en los asientos principales. Observo y somos muy poco los jóvenes que no encontramos, todos son bastante mayores. Esto se va a poner bastante interesante.
Lorenzo se sienta a mi lado, mientras que mi padre y Bea fueron al mercado a comprarnos algo de comida.
—Buenos días tengan todos, me llamo Alfred Roque y soy director ejecutivo de la revista Letras.
