Cap15 Una Bestia sin su Bella

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Tal vez termine esta historia de una Bestia sin su Bella que me obliga a no dejarte, y no me deja olvidarte.

Mientras íbamos camino al aeropuerto, la música de Aitana inundaba mis oídos mientras miraba con añoranza este hermoso lugar, me ha convertido en una nueva versión de mí. Iba en el auto con mi padre y Bea, Lorenzo no había dado la cara ya que seguíamos me había hecho caso sobre que se alejara de mi vida, no voy a mentir me ha dolido muchísimo.

En el momento de bajarme mi padre me había dicho si estaba segura de irme. Agarre mi maleta y seguí mi camino hacia el avión que me llevaba a Long Beach *si así se llama mi pueblo*.

Me siento en mi puesto, pienso diez veces si es buena idea volver a casa, pero creo que necesito descansar y alejarme de todos. Comienzo a sacar los utensilios que van hacer que mi viaje sea más placentero cuando el avión comienza a ponerse en movimiento.

Desde pequeña me aterran los aviones, así que cuando logra estabilizarse en el aire, todos aplauden y yo respiro aliviada. Lista me coloco uno de los auriculares para tener un viaje lleno de melodías, cuando alguien toca mi hombro.

— ¿Puedo sentarme a tu lado?

Me giro para responderle y mi cara debía de ser un poema cuando lo vi.

—¿Qué mierda? ¿Qué haces aquí? —comienzo a hablar alto y los otros pasajeros me empezaron a ver con mala cara, el chico me tapa la boca para que no siga gritando y se sienta a mi lado.

—Me iba aburrir en Fairfax, así que decidí conocer tu pueblito natal - me sonrío para despeinarme, pone su mochila encima de él y saca sus auriculares—Además, voy a extrañar a mi topo.

—Y no andabas con Fernanda -pregunto con curiosidad.

—Lo estuve pensando muchísimo, tienes todas la razón. No puedo vivir toda mi vida lamentándome y no abrirme a nuevas oportunidades.

Asiento y me coloco mis audífonos pero no dure mucho con ellos puestos.

—¿Beatriz sabe que estas aquí?

(....)

El viaje fue agotador, me dolía todo el cuerpo. La suerte es que me había entretenido muchísimo con Lorenzo, pues discutimos más de 15 veces sobre temas bien triviales y random. Este se quejaba de que le había clavado las uñas cuando el avión estaba aterrizando.

Nada más que baje el avión pude sentir como mi corazón se había recargado de las buenas vibras de mi pueblo. El sol bien picante como lo recuerdo y el aire con aroma a mar, si Long Beach está llena de playas. Camino rápido a buscar las maletas y ver a mi mamá.

—¡Hey! Espérame —me grita el chico rubio mientras corría para no perderse

—Camila Alejandra.

—Tienes las patas largas, apúrate tú.

El remordimiento me acoge, así que vuelvo hacia donde estaba, le agarro mi mano y empiezo a jalarlo hasta llegar a una camioneta verde. Allí nos esperaba una persona de pelo rubio pintado de una estatura mediana andaba con un cartel que decía *Pelusa bienvenida* y a su lado estaba un señor calvo, gordito pero que mide unos 1.80.

¡Hey tú, idiota! © V1Where stories live. Discover now