Muchos no entienden mi fobia solo simplemente se alejan sin más, otros se quedan a intentarlo pero se cansan y se van dejándote un gran vacío, eso duele más,eso hiciste tú.
Porque lo cierto es que es como vivir en tu propio mundo pero sin nadie a tu...
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—¿Entonces?—pregunto Savannah
—Solo le dirás eso y te irás, estoy seguro de que me irá a buscar—dije con disgusto
—No estoy segura de que esto sea lo mejor, Liam. ¿Sabes el dolor que le vas a causar?
Claro que lo sé y sinceramente me dolía demasiado ser yo el causante.
Mierda.
—Lo sé, pero es mejor eso a que ella no avancé—mi voz sonaba fría, no quiera hablar más de eso—. Iré a verla por una última vez —dije con la voz apagada antes de salir
Hilary se encontraba riendo a mi lado sentí mi corazón romperse y un dolor en el pecho, la iba a perder.
—Te quiero—dije sin dejar de mirarla, ella sonrió con un brillo en los ojos
—Yo también te quiero—lanzo un beso en el aire que fingi atrapar
Lo recordaría por siempre.
Este sería nuestro último recuerdo y lo llevaría siempre en mi mente y corazón.
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Tome un avión para ir a Nueva York está vez lucharía por ella y si la perdía por lo menos puedo decir que luche por lo nuestro y no huí o me rendí como un cobarde.
El avión aterrizó era temprano cuando lo hizo por lo que decidí primero ir a instalarme con mi abuelo. Así que al salir del aeropuerto tome un taxi a su casa.
Toqué el timbre una vez cuando lo iba hacer de nuevo la puerta se abrió.
—¡Abuelo! ¡Sorpresa! —mi abuelo me miro y sonrió
—Liam, que sorpresa no espere verte por aquí—dijo el caminando al interior de la casa
Su casa era pequeña pero acogedora, el abuelo había decido irse a vivir al lugar donde tanto mi abuela como mi abuela soñaron vivir, sin embargo, lo hizo solo pues mi abuela había fallecido. A pesar de que mi mamá insistía en porque de iría tan lejos y solo el solo dijo:
“No estoy solo, llevo a tu madre en mi corazón y estoy seguro de que a ella le hubiera gustado”
Mi mamá no pudo hacer nada para que desistiera así que no insistió más, a mi en lo personal me agrada la idea, era mejor que mi abuelo estuviera en un ambiente tranquilo y relajado.
—Dime hijo, acaso tu madre hablo contigo y tú decidiste irte—su tono sonó al de un padre comprensivo
—¿De que tiene que hablar mi mamá conmigo?—pregunte confundido, frunciendo el ceño
